Una noche que prometía ser tranquila en Ciudad Juárez terminó en tragedia. En el fraccionamiento Hacienda de las Torres Universidad, dos jóvenes perdieron la vida tras ser baleados durante una riña que se salió de control. Los hechos ocurrieron el pasado 12 de junio, dejando a la comunidad en shock.
Las víctimas, identificadas como Naim Malagón Palomares, de 19 años, y Daniel Rubio, de 21, estaban conversando afuera de una vivienda en las calles Yepomera y Condominio del Río. Según testigos, un pistolero abrió fuego contra ellos sin mediar palabra, desatando el caos en la zona.
Los jóvenes recibieron múltiples impactos de bala en la cabeza, pecho y costados. Familiares, desesperados, los trasladaron en camionetas particulares al Hospital 66 del Seguro Social. Sin embargo, las heridas eran tan graves que ambos fallecieron al llegar al área de urgencias.
La policía ministerial acudió al lugar de los hechos, donde encontró casquillos de bala esparcidos en la escena. Hasta el momento, no se ha identificado al responsable del ataque ni se conoce el motivo detrás de esta violenta agresión. La Fiscalía General del Estado ya investiga el caso.
Este doble homicidio se suma a una ola de violencia que no da tregua en Ciudad Juárez. Solo en las últimas horas, se reportaron otros asesinatos en distintos puntos de la ciudad, incluyendo un ataque en una plaza comercial. La inseguridad sigue siendo una herida abierta para los habitantes.
La falta de acción efectiva por parte de las autoridades locales y federales es cada vez más evidente. Los juarenses viven con el temor constante de que la violencia toque a sus puertas, mientras las promesas de seguridad parecen desvanecerse.
Testigos relataron que la riña pudo haber surgido por rencillas personales, aunque las autoridades no han confirmado esta versión. Lo único claro es que la facilidad con la que las armas circulan en las calles agrava esta crisis de inseguridad.
La comunidad de Hacienda de las Torres Universidad está de luto. Vecinos exigen respuestas y medidas urgentes para frenar la escalada de violencia. Mientras tanto, las familias de Naim y Daniel enfrentan el dolor de una pérdida irreparable.
Este trágico evento es un recordatorio de la fragilidad de la paz en Juárez. La ciudad, que ha luchado por dejar atrás su pasado de violencia, se enfrenta una vez más a la cruda realidad de la inseguridad que no discrimina.
La investigación sigue en curso, pero la pregunta permanece: ¿hasta cuándo seguirán las calles de Juárez tiñéndose de sangre? La ciudadanía espera acciones concretas, no solo discursos, para recuperar la tranquilidad que tanto anhela.