La ministra de la Suprema Corte, Loretta Ortiz, no ocultó su malestar al recordar un episodio de su pasado como consejera de la Judicatura Federal. Según sus propias palabras, se sintió profundamente afectada cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó a esa institución como un simple “florero”. Un comentario que, para ella, minimizó el trabajo de quienes integran el organismo.
Durante su participación en un foro en la Universidad de Guadalajara, Ortiz dejó claro que el señalamiento presidencial le dolió en su momento. Afirmó que, aunque ahora está en otro cargo, no olvida cómo esas palabras resonaron en su experiencia como parte del Consejo de la Judicatura. Un organismo que, en teoría, debería ser clave en la supervisión del Poder Judicial.
El comentario de AMLO no es nuevo, pues en varias ocasiones ha criticado al Poder Judicial, acusándolo de ser un adorno o de no actuar con firmeza contra la corrupción. Para Ortiz, esas declaraciones no solo fueron un golpe personal, sino una muestra de la tensión constante entre el Ejecutivo y las instituciones judiciales.
Esta revelación pone sobre la mesa, una vez más, el enfrentamiento entre el gobierno federal y los órganos judiciales. Mientras el presidente insiste en reformar el sistema, figuras como Ortiz defienden su labor y lamentan que se les reduzca a un papel decorativo en el panorama político del país.