La noche del 13 de junio de 2025, Israel lanzó un ataque aéreo sin precedentes contra Irán, marcando un nuevo capítulo en una enemistad que lleva décadas. Cientos de aviones de combate israelíes bombardearon objetivos militares y nucleares, incluyendo la planta de enriquecimiento de uranio en Natanz, en un intento por frenar el programa nuclear iraní. Este ataque, descrito como “preventivo” por el gobierno israelí, dejó un saldo de al menos nueve muertos y decenas de heridos en varias ciudades iraníes.
La relación entre Israel e Irán no siempre fue hostil. Durante el reinado del Sha Reza Pahlevi (1941-1979), ambos países mantenían lazos políticos y comerciales estrechos. Irán fue uno de los primeros en reconocer al Estado de Israel en 1960 y se convirtió en un importante proveedor de petróleo. Sin embargo, la Revolución Islámica de 1979 cambió todo. El nuevo régimen de los ayatolás rompió relaciones con Israel, alineándose con la causa palestina y transformando la embajada israelí en Teherán en la sede de la Autoridad Nacional Palestina.
Desde entonces, las tensiones han crecido. Uno de los principales puntos de conflicto es el programa nuclear iraní, que Israel considera una amenaza directa a su seguridad. Irán, por su parte, ha apoyado a grupos como Hezbolá en Líbano, Hamás en Palestina y los hutíes en Yemen, formando el llamado “Eje de la Resistencia”. Esta rivalidad se ha manifestado en ataques indirectos, como los bombardeos israelíes contra objetivos iraníes en Siria o los asesinatos de científicos nucleares iraníes atribuidos a Israel.
Un momento clave en esta escalada ocurrió en octubre de 2023. Tras un ataque de Hamás contra Israel, que dejó 1,200 muertos y 250 secuestrados, Israel acusó a Irán de estar detrás. La guerra en Gaza intensificó las hostilidades, y un mes después, Irán respondió con un ataque de casi 200 misiles contra Israel tras una incursión israelí en Líbano, aliado de Teherán. Israel replicó bombardeando instalaciones militares iraníes, marcando un punto de inflexión.
El ataque del 13 de junio de 2025 es el más significativo hasta la fecha. Además de objetivos nucleares, Israel apuntó a altos mandos militares, incluyendo al jefe de la Guardia Revolucionaria iraní, Hossein Salami. El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, prometió una respuesta contundente, asegurando que Israel enfrentará “un destino amargo”. El presidente iraní, Mesud Pezeshkian, también advirtió que el país no permanecerá en silencio ante este “crimen”.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación. El primer ministro británico, Keir Starmer, pidió moderación y un retorno a la diplomacia, mientras que el Pentágono negó cualquier participación de Estados Unidos en el ataque. La Agencia Internacional de Energía Atómica confirmó que no se han detectado aumentos de radiación tras los bombardeos, pero expresó inquietud por la escalada en la región.
Este conflicto no solo afecta a Israel e Irán, sino que tiene implicaciones globales. La posibilidad de una respuesta iraní con drones o misiles balísticos mantiene en vilo a Oriente Medio. Los bombardeos israelíes en Siria, dirigidos a aliados iraníes, han añadido más tensión a una región ya marcada por la inestabilidad.
La rivalidad entre ambos países, alimentada por diferencias ideológicas, disputas territoriales y ambiciones regionales, parece lejos de resolverse. Mientras Israel defiende su derecho a protegerse de lo que considera una amenaza existencial, Irán insiste en su soberanía y su papel como líder en el “Eje de la Resistencia”. El mundo observa con atención los próximos pasos en este enfrentamiento histórico.