En la zona metropolitana de Monterrey, una reforma que prometía agilizar el tráfico tras choques leves está estancada. Aunque cinco de los siete municipios ya permiten mover los autos involucrados en percances menores, las aseguradoras se resisten a adaptarse.
La falta de comunicación entre las autoridades y las empresas de seguros es el principal obstáculo. Según denuncias, las aseguradoras no han actualizado sus protocolos para alinearse con el nuevo reglamento de tránsito. Esto impide que los conductores puedan mover sus vehículos sin temor a perder la cobertura.
El reglamento actualizado buscaba reducir los congestionamientos viales. En Nuevo León, el 30% de los accidentes son choques por alcance, pero estos tardan hasta dos horas en resolverse. La espera al personal de las aseguradoras genera embotellamientos que afectan a miles de automovilistas diariamente.
La reforma, impulsada por el diputado José Alfredo Pérez Bernal, permite a los conductores moverse tras un choque leve sin esperar a las autoridades. Sin embargo, la falta de claridad en las pólizas de seguros crea confusión. Muchos automovilistas prefieren no arriesgarse y dejan sus autos en el lugar del accidente.
Luisa Peresbarbosa, de la asociación Movilidad Segura y Sostenible, advirtió que sin una implementación coordinada, la medida no será efectiva. La experta señaló que las aseguradoras deben informar claramente a sus clientes sobre los cambios para evitar incertidumbre.
Por su parte, las autoridades locales insisten en que las pólizas de seguros no penalizan a quienes mueven sus autos tras un choque leve. Lorena de la Garza, presidenta del Congreso, aclaró que esta práctica es solo una creencia mal fundamentada, pero persiste entre los conductores.
El alto índice de accidentes en Nuevo León complica aún más la situación. La entidad registra un choque cada seis minutos y medio, una cifra alarmante comparada con otras regiones. Esto también eleva los costos de los seguros, que son hasta un 60% más caros en Monterrey.
La homologación del reglamento en todos los municipios metropolitanos es clave para resolver el problema. Sin embargo, mientras las aseguradoras no se sumen al cambio, los beneficios de la reforma seguirán frenados, dejando a los regiomontanos atrapados en el caos vial.