Un migrante mexicano perdió la vida en el Centro de Detención de Stewart, en Georgia, Estados Unidos, en un caso que ha encendido las alarmas sobre las condiciones en estas instalaciones. Jesús Molina Veya, de 45 años, fue hallado inconsciente a principios de junio, según informó el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
La portavoz de ICE en Atlanta, Lindsay Williams, confirmó que Molina tenía una ligadura alrededor del cuello, lo que apunta a un posible suicidio. A pesar de los esfuerzos del personal médico del centro por reanimarlo, el mexicano fue trasladado al Hospital Phoebe Sumter en Americus, donde fue declarado muerto el 7 de junio.
Este caso marca la segunda muerte de un migrante bajo custodia del ICE en Georgia este año y la octava a nivel nacional, según cifras oficiales. Apenas el mes pasado, otro mexicano, Abelardo Avelleneda Delgado, de 68 años, falleció mientras era trasladado al mismo centro de detención.
El Centro de Detención de Stewart, operado por la empresa privada CoreCivic, ha estado en el ojo del huracán. Organizaciones de derechos humanos han denunciado repetidamente presuntos abusos y negligencia médica en sus instalaciones, acusaciones que ICE ha negado sistemáticamente.
ICE aseguró que está investigando las circunstancias de la muerte de Molina y reiteró su compromiso de garantizar entornos seguros para los detenidos. Sin embargo, las críticas hacia las condiciones en los centros de detención migratoria no cesan, especialmente tras casos como este.
Molina había ingresado a Estados Unidos de manera irregular en múltiples ocasiones, según ICE. Además, enfrentaba cargos por diversos delitos, incluyendo agresión, conducir bajo los efectos del alcohol y posesión de drogas, entre otros. Estos antecedentes, sin embargo, no justifican las preguntas sin respuesta sobre su fallecimiento.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México confirmó el deceso y señaló que el Consulado General en Atlanta está en contacto con las autoridades y los familiares de Molina. La Cancillería mexicana ha exigido una explicación formal sobre lo ocurrido y sigue el caso de cerca.
Este trágico incidente reaviva el debate sobre el trato a los migrantes en centros de detención en Estados Unidos. Las organizaciones civiles continúan exigiendo transparencia y mejoras en las condiciones de estas instalaciones, mientras las familias de las víctimas buscan justicia.
La muerte de Molina no es un caso aislado. Desde 2017, al menos 11 migrantes han fallecido en el Centro de Stewart, dos de ellos por suicidio, según reportes de defensores de derechos humanos. Estas cifras subrayan la urgencia de revisar las políticas migratorias y las operaciones de estos centros.
Mientras las investigaciones avanzan, la comunidad mexicana en el exterior y los activistas mantienen la presión para que se esclarezcan los hechos y se eviten más pérdidas humanas en circunstancias tan lamentables.