Un impresionante operativo se llevó a cabo este miércoles en la carretera que conecta Aldama con Ojinaga, en Chihuahua, en un intento por frenar la creciente inseguridad que azota la región. Elementos de la Guardia Nacional, Policía Estatal y agentes de la Fiscalía General del Estado se movilizaron en respuesta a los recientes actos de violencia que han alarmado a la población.
La zona, conocida como un corredor clave para el trasiego de drogas, ha sido escenario de enfrentamientos entre grupos criminales, dejando un saldo de 66 ejecuciones en los últimos cuatro años, según reportes periodísticos. Apenas el martes, cuatro cuerpos fueron hallados sin vida en el kilómetro 61 de esta carretera, un hecho que encendió las alertas de las autoridades.
El operativo incluyó patrullajes intensivos, revisiones de vehículos y sobrevuelos con drones para detectar actividades sospechosas. Fuentes locales señalan que los grupos delictivos, como La Línea y Los Cabrera, se disputan el control de las rutas de narcotráfico, lo que ha generado una escalada de violencia que afecta a los habitantes de Aldama, Coyame y Ojinaga.
A pesar del despliegue de fuerzas, los resultados del operativo han sido limitados. Hasta el momento, no se han reportado detenciones significativas ni decomisos importantes, lo que ha generado críticas entre los ciudadanos, quienes exigen acciones más contundentes para restablecer la seguridad.
La Fiscalía de la Zona Centro aseguró que las investigaciones continúan para identificar a los responsables de los crímenes recientes. Dos de las víctimas encontradas el martes fueron identificadas como Francisco Javier y Kevin Ulises, hermanos de 26 y 24 años, reportados como desaparecidos desde el sábado pasado.
La carretera Aldama-Ojinaga, además de ser un punto estratégico para el crimen organizado, enfrenta problemas de infraestructura. Los baches y el deterioro de la vía han sido denunciados por alcaldes de la región, quienes han exigido reparaciones urgentes para garantizar la seguridad de los viajeros.
La violencia en esta zona no es un fenómeno nuevo. Desde hace años, los enfrentamientos entre cárteles han dejado una estela de miedo y desolación. En 2023, la detención de un líder de La Línea en Texas parecía haber debilitado al grupo, pero la llegada de nuevas facciones ha reavivado el conflicto.
Los habitantes de Aldama y Ojinaga viven con temor constante. Reportes de redes sociales han documentado la presencia de retenes armados y robos de vehículos, mientras las autoridades parecen incapaces de contener la situación. La falta de coordinación entre los niveles de gobierno agrava el problema.
Este operativo, aunque vistoso, no parece haber disuadido a los grupos criminales. La población espera que las autoridades refuercen las medidas de seguridad y ataquen de raíz las causas de la violencia, como el narcotráfico y la impunidad que imperan en la región.
La incertidumbre reina en el corredor Aldama-Ojinaga. Mientras los operativos se intensifican, los ciudadanos se preguntan si alguna vez podrán transitar por sus carreteras sin temor a convertirse en víctimas de la delincuencia que parece no tener fin.

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Autoridades despliegan operativo en la zona Aldama-Ojinaga ante ola de violencia
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