Un grave accidente sacudió la madrugada del domingo en Irapuato, Guanajuato, cuando un joven en evidente estado de ebriedad estrelló su vehículo contra un camellón en el bulevar Gómez Morín, dejando tras de sí un rastro de destrucción y abandono.
El conductor, al volante de un Volkswagen Golf rojo, perdió el control a exceso de velocidad, derribando un poste con cámaras de seguridad del C4 y una señalética vial. El impacto fue tan brutal que el auto quedó destrozado, pero eso no impidió que el responsable huyera del lugar.
Testigos relataron que el hombre, tras descender tambaleante de la unidad, escapó a pie sin importar las consecuencias de su imprudencia. El incidente, ocurrido en una de las vialidades más transitadas de la ciudad, fue reportado al 911, lo que movilizó a elementos de seguridad ciudadana al sitio.
Al llegar, las autoridades solo encontraron el vehículo abandonado y los daños materiales. Con apoyo de una grúa, el auto y el poste afectado fueron trasladados a un corralón, mientras la Fiscalía General del Estado ya inició las investigaciones para dar con el culpable.
Este caso pone en evidencia, una vez más, la falta de control en las calles y el peligro que representan los conductores irresponsables. La autoridad promete que el joven pagará por los daños, pero la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirán estos incidentes sin una solución de fondo?