El gobierno de Claudia Sheinbaum, junto con la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, ha lanzado el programa Salud Casa por Casa, una iniciativa que promete llevar atención médica gratuita a los hogares de los mexiquenses más vulnerables. Según las autoridades, este plan busca atender a adultos mayores y personas con discapacidad, un sector que, aseguran, ha sido olvidado por administraciones pasadas.
El programa, que arrancó oficialmente en mayo de 2025, depende de la Secretaría de Bienestar y la Secretaría de Salud federal. Se basa en visitas domiciliarias realizadas por médicos, enfermeras y profesionales de la salud, quienes supuestamente realizarán revisiones integrales. Desde tomar signos vitales hasta aplicar pruebas rápidas de glucosa o colesterol, el objetivo es crear un expediente clínico para cada beneficiario.
Para ser elegible, los interesados deben ser beneficiarios de las pensiones del Bienestar, ya sea para adultos mayores o personas con discapacidad. Esto significa que el programa está limitado a quienes ya están inscritos en otros apoyos federales, lo que deja fuera a miles de mexiquenses que podrían necesitar atención médica pero no cumplen con este requisito.
En su primera etapa, Salud Casa por Casa planea cubrir a 13.6 millones de personas en todo el país, de las cuales una parte significativa reside en el Estado de México. Para lograrlo, se han contratado a más de 19 mil trabajadores de la salud, quienes realizarán visitas mensuales o bimestrales, dependiendo de la condición de los pacientes. Sin embargo, no está claro cómo se garantizará la continuidad de estas visitas en zonas rurales o de difícil acceso.
Las autoridades prometen que el programa no solo se enfocará en la atención médica, sino también en la prevención. Esto incluye orientación nutricional, valoración de la salud mental y capacitación para cuidadores. Además, se planea establecer un Centro Telefónico de Salud a Distancia para dar seguimiento a los casos más complejos, aunque este proyecto aún está en fase de planeación.
Críticos del programa han señalado que, aunque suena ambicioso, su implementación podría enfrentar los mismos problemas que otras iniciativas de Morena: falta de presupuesto, desorganización y promesas que no se cumplen. En el Estado de México, donde la infraestructura de salud ya es deficiente, muchos dudan que el gobierno de Delfina Gómez pueda coordinar un esfuerzo de esta magnitud.
Otro punto de controversia es la exclusividad del programa. Al estar restringido a beneficiarios de las pensiones del Bienestar, deja fuera a personas que, aunque vulnerables, no están inscritas en estos apoyos. Esto ha generado críticas de quienes ven en Salud Casa por Casa una estrategia más política que humanitaria, diseñada para reforzar la base electoral de Morena.
Por ahora, el programa está en marcha, y los mexiquenses esperan ver resultados tangibles. Mientras tanto, la pregunta persiste: ¿será Salud Casa por Casa una solución real para los problemas de salud en el Estado de México, o solo otro anuncio rimbombante de un gobierno que prioriza la imagen sobre los hechos?