En Monterrey, una regidora ha puesto sobre la mesa una iniciativa que está dando de qué hablar: multar a los dueños de perros que ladren de manera excesiva. La propuesta, presentada en el Cabildo, busca modificar el Reglamento de Policía y Buen Gobierno para sancionar a quienes no controlen el ruido de sus mascotas, argumentando que afecta la tranquilidad de los vecinos.
La regidora, perteneciente al partido Morena, sostiene que los ladridos constantes de los perros generan molestias en colonias residenciales, especialmente durante la noche. Según su planteamiento, los dueños podrían enfrentar multas que oscilarían entre 10 y 20 UMAs, lo que equivale aproximadamente a mil 100 y 2 mil 200 pesos en 2025. La medida ha desatado un intenso debate entre los regiomontanos.
El objetivo, según la propuesta, es fomentar la tenencia responsable de mascotas. La regidora argumenta que no se trata de castigar a los dueños, sino de incentivarlos a educar a sus perros o buscar soluciones como adiestramiento o medidas para reducir el ruido. Sin embargo, no especificó cómo se determinará qué constituye un ladrido “excesivo”, lo que ha generado incertidumbre.
Críticos de la iniciativa, incluyendo asociaciones protectoras de animales, han señalado que la propuesta carece de claridad. Argumentan que los ladridos son una forma natural de expresión de los perros y que las multas podrían ser injustas para los dueños que ya toman medidas para controlar a sus mascotas. También advierten que la medida podría desincentivar la adopción de perros.
Por otro lado, algunos vecinos apoyan la idea, especialmente aquellos que han lidiado con molestias por ladridos constantes. En colonias como Cumbres y Contry, donde las quejas por ruido son frecuentes, residentes consideran que la propuesta podría mejorar la convivencia. Sin embargo, piden que las autoridades definan criterios objetivos para evitar abusos.
La regidora ha defendido su postura, asegurando que la medida no busca afectar a los dueños responsables, sino a aquellos que ignoran las quejas de sus vecinos. Propone que, antes de multar, se realicen visitas de inspección y se emitan advertencias para dar oportunidad de corregir el problema. Sin embargo, no se han detallado los procedimientos para estas revisiones.
La propuesta llega en un contexto donde Monterrey ya enfrenta problemas con el abandono de animales. Según datos recientes, la ciudad tiene cerca de 200 mil perros en situación de calle, y los albergues están saturados. Organizaciones animalistas temen que las multas puedan agravar esta situación si los dueños optan por abandonar a sus mascotas para evitar sanciones.
El Cabildo de Monterrey aún no ha votado la iniciativa, pero ya ha generado reacciones encontradas. Mientras algunos ven en ella una solución para mejorar la convivencia, otros la consideran una medida arbitraria que no aborda las verdaderas causas del problema, como la falta de educación sobre tenencia responsable o el acceso limitado a servicios de adiestramiento.
La discusión está abierta, y los regiomontanos esperan que las autoridades escuchen todas las voces antes de tomar una decisión. Por ahora, la propuesta sigue en análisis, y su aprobación dependerá de cómo se equilibren los intereses de los dueños de mascotas y la tranquilidad de los vecinos.