Jorge Humberto Pérez Cazares, alias “El Cadete”, ha sido sentenciado a 20 años de cárcel en Estados Unidos por su papel en el tráfico internacional de drogas. Este mexicano de 41 años, originario de Sinaloa, fue acusado de colaborar con el Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos señaló que Pérez Cazares lideraba una red transnacional dedicada al transporte de toneladas de cocaína desde Centroamérica hasta México, con destino final en Los Ángeles. Su operación no solo movía grandes cantidades de droga, sino que también estaba marcada por el uso de violencia para proteger los envíos.
La detención de “El Cadete” se remonta a 2016, cuando fue capturado en México. En 2021, fue extraditado a Estados Unidos, donde enfrentó cargos por conspiración para importar al menos cinco kilogramos de cocaína. El año pasado, se declaró culpable, lo que llevó a la sentencia anunciada este lunes.
Un episodio clave en su historial delictivo ocurrió en 2014, cuando negoció un cargamento de cocaína valuado en 23 millones de dólares con un traficante guatemalteco. Durante ese operativo, fue arrestado en Guatemala mientras transportaba más de media tonelada de cocaína en un camión.
Las autoridades estadounidenses destacaron que este caso forma parte de la Operación Recuperar Estados Unidos, una iniciativa enfocada en desmantelar cárteles y organizaciones criminales transnacionales. Según el Departamento de Justicia, el objetivo es combatir el tráfico de drogas y proteger a las comunidades de la violencia asociada.
Pérez Cazares no actuaba solo. Su red incluía vínculos con figuras clave del Cártel de Sinaloa, trabajando directamente con un socio cercano a uno de los líderes de la organización. Esta conexión le permitió coordinar operaciones complejas que cruzaban fronteras y evadían a las autoridades durante años.
El impacto de sus actividades no se limitó a México o Centroamérica. Los envíos de cocaína llegaban a Los Ángeles, donde se distribuían en el mercado estadounidense, alimentando un ciclo de adicción y violencia en las calles de esa ciudad.
La sentencia de 20 años envía un mensaje claro: las autoridades estadounidenses están intensificando sus esfuerzos para desarticular las redes de narcotráfico. Sin embargo, el Cártel de Sinaloa sigue siendo un desafío formidable, con ramificaciones que se extienden por todo el continente.
Este caso también pone en evidencia la complejidad de las operaciones de los cárteles modernos, que combinan logística avanzada, violencia y redes internacionales. La captura de figuras como “El Cadete” es un golpe, pero la lucha contra el narcotráfico está lejos de terminar.
La Justicia de Estados Unidos continuará persiguiendo a los responsables de introducir drogas en el país, mientras México y otros gobiernos enfrentan el reto de desmantelar estas organizaciones desde su origen. La sentencia de Pérez Cazares es un paso, pero el camino por delante es largo.