Un grupo de ejidatarios de Tultepec ha bloqueado el Circuito Exterior Mexiquense, una de las principales autopistas del Valle de México, generando caos vial en dirección a Ecatepec y Ciudad Nezahualcóyotl. La protesta, iniciada la mañana del 9 de junio de 2025, se concentra en la caseta de cobro T1, donde los manifestantes han colocado autobuses, tractores y vehículos para impedir el paso.
Los inconformes demandan el pago justo por las tierras expropiadas durante la construcción del Circuito Exterior Mexiquense y del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Aseguran que las autoridades estatales y federales han incumplido acuerdos previos, dejándolos sin indemnización por los terrenos que, según ellos, les fueron arrebatados.
Con pancartas y mantas, los ejidatarios han expresado su frustración, exigiendo una solución inmediata al gobierno de la morenista Delfina Gómez, gobernadora del Estado de México. Mensajes como “Exigimos solución al problema del ejido de Tultepec” y “Cumplan con la indemnización acordada” destacan en la protesta, reflejando años de promesas no cumplidas.
El bloqueo ha provocado filas kilométricas, afectando a miles de automovilistas que transitan diariamente por esta vía clave. Conductores en dirección a Puebla reportan demoras significativas, mientras que el acceso hacia Querétaro permanece libre, según reportes de la concesionaria de la autopista.
Los ejidatarios han advertido que no levantarán el bloqueo hasta que las autoridades atiendan sus demandas. Esta no es la primera vez que la autopista enfrenta cierres por conflictos similares; en años anteriores, protestas por agua potable y disputas territoriales han paralizado la vialidad.
La falta de respuesta de las autoridades ha avivado la indignación de los manifestantes, quienes aseguran que los gobiernos, tanto estatal como federal, han ignorado sus reclamos durante años. La construcción de grandes proyectos de infraestructura, como el AIFA, ha sido un punto constante de tensión con las comunidades locales.
El Circuito Exterior Mexiquense, con sus 118 kilómetros de longitud, es una arteria vital para la movilidad en el Valle de México, conectando estados como Querétaro, Puebla e Hidalgo. Su interrupción afecta no solo a los conductores particulares, sino también al transporte de mercancías, lo que podría tener repercusiones económicas en la región.
Mientras los ejidatarios mantienen su postura, el gobierno del Estado de México aún no ha emitido una declaración oficial sobre el conflicto. La situación pone en evidencia, una vez más, las fricciones entre el desarrollo de infraestructura y los derechos de las comunidades locales, dejando a los automovilistas como los principales afectados por este nuevo episodio de tensión.