En mayo de 2025, Nuevo León reportó una inflación anual del 4.42%, según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), manteniendo una estabilidad que ofrece un alivio temporal a los hogares de la entidad.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señaló que la variación mensual fue de apenas 0.28%, un dato que refleja un control en los precios de bienes y servicios esenciales en la región.
Esta estabilidad se debe, en gran parte, a la disminución en los costos de algunos productos clave, como las tarifas eléctricas, que han sido un factor determinante en el norte del país durante la temporada cálida.
Sin embargo, no todo son buenas noticias: productos como la carne de res, el pollo y las bebidas gaseosas registraron incrementos, lo que sigue afectando el presupuesto de las familias regiomontanas.
Por otro lado, bienes como el tomate, la mandarina y la papaya mostraron una baja en sus precios, lo que ayudó a compensar el impacto de las alzas en otros sectores.
A nivel nacional, la inflación se mantuvo en 4.42% anual, aún por encima del objetivo del 3% establecido por el Banco de México, lo que indica que la presión inflacionaria persiste en el país.
Monterrey, como motor económico de Nuevo León, refleja esta tendencia de estabilidad, pero los expertos advierten que la inflación subyacente sigue siendo un desafío, con precios de mercancías y servicios que no ceden tan fácilmente.
A pesar de este panorama, la economía de Nuevo León muestra resiliencia, apoyada por su dinamismo industrial y el consumo local, aunque las familias deben seguir atentas a los vaivenes de los precios.