El senador y precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay permanece en estado crítico tras ser víctima de un violento atentado en Bogotá. El ataque ocurrió el sábado 7 de junio durante un acto de campaña en el barrio Modelia, en la localidad de Fontibón. Un menor de 15 años, detenido como presunto autor material, disparó contra Uribe, hiriéndolo gravemente en la cabeza y el muslo izquierdo. El país, conmocionado, revive los oscuros recuerdos de la violencia política de décadas pasadas.
La Fundación Santa Fe de Bogotá, donde Uribe está internado, informó que el senador fue sometido a procedimientos quirúrgicos de emergencia. Las intervenciones incluyeron una cirugía neuroquirúrgica y otra vascular periférica. A pesar de los esfuerzos médicos, el último reporte indica que Uribe ha mostrado escasa respuesta a los tratamientos. Su estado es de máxima gravedad, y el pronóstico sigue siendo reservado.
El atentado ha generado una ola de reacciones en Colombia y el mundo. Líderes políticos de la región, como los presidentes Gabriel Boric de Chile, Daniel Noboa de Ecuador y Santiago Peña de Paraguay, han condenado enérgicamente el ataque. La Organización de Estados Americanos también expresó su rechazo, señalando que este tipo de violencia amenaza la democracia en América Latina. En Colombia, figuras de diversos sectores han exigido justicia y medidas para proteger a los candidatos.
El presunto responsable, un adolescente de 15 años, fue capturado en el lugar de los hechos. Según las autoridades, portaba un arma Glock de 9 milímetros. La Fiscalía General de Colombia le imputará cargos por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas. Las investigaciones están en curso para determinar los motivos del ataque, con hipótesis que incluyen desde motivos personales hasta intentos de desestabilización política.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, canceló un viaje internacional tras el atentado y ordenó una investigación exhaustiva. En un discurso, calificó el ataque como un “fracaso del Estado” y llamó a esclarecer quiénes están detrás del hecho, incluyendo una revisión del equipo de seguridad de Uribe. Sin embargo, sus declaraciones han generado controversia, especialmente por menciones a la familia del senador.
María Claudia Tarazona, esposa de Uribe, ha pedido a la población respetar el silencio de la familia y dejar que la Fundación Santa Fe sea la única fuente de información sobre su estado de salud. En un mensaje conmovedor, Tarazona aseguró que su esposo “necesita un milagro” y agradeció las muestras de apoyo. Cientos de personas se han congregado frente al hospital para orar por la recuperación del político.
El atentado ha reavivado el debate sobre la seguridad de los líderes políticos en Colombia. El país recuerda los asesinatos de candidatos presidenciales en las décadas de 1980 y 1990, como Luis Carlos Galán, cuyo caso guarda similitudes con el ataque a Uribe. La violencia política, que muchos creían superada, vuelve a ser una preocupación central.
Miguel Uribe, de 39 años, es una figura destacada del partido Centro Democrático, fundado por el expresidente Álvaro Uribe. Hijo de la periodista Diana Turbay, asesinada por el narcotráfico, y nieto del expresidente Julio César Turbay, el senador ha sido un crítico feroz del gobierno de Petro. Su precandidatura para las elecciones de 2026 lo posicionaba como una de las principales voces de la oposición.
Las autoridades han reforzado la seguridad en Bogotá y realizan allanamientos para esclarecer los hechos. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, señaló que se manejan tres hipótesis principales: un ataque dirigido específicamente contra Uribe, un acto contra su partido político o un intento de desestabilizar al gobierno. La incertidumbre persiste mientras el país espera noticias sobre la salud del senador.
La sociedad colombiana permanece atenta a la evolución de este caso, que ha generado un llamado unánime a rechazar la violencia política. El futuro de la campaña presidencial, que apenas comienza, podría verse profundamente afectado por este suceso. Por ahora, las esperanzas están puestas en la recuperación de Miguel Uribe Turbay.