La presidenta Claudia Sheinbaum ha confirmado la detención de 35 mexicanos en redadas migratorias realizadas en Los Ángeles, California, por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos. Los operativos, que desataron protestas y enfrentamientos, han generado una fuerte controversia, y el gobierno de Morena no parece tener una estrategia clara para enfrentar esta crisis.
Las redadas se llevaron a cabo en zonas de alta presencia hispana, como el Distrito de Westlake y el centro de Los Ángeles. Según reportes, agentes armados del ICE, apoyados por el FBI y la DEA, arrestaron a decenas de personas, incluyendo a los 35 mexicanos confirmados por Sheinbaum. Las acciones han sido calificadas como un ataque coordinado que busca infundir miedo en las comunidades migrantes.
Sheinbaum aseguró que los consulados mexicanos ya están en contacto con los detenidos y sus familias, prometiendo apoyo legal. Sin embargo, sus declaraciones parecen más una reacción tardía que una solución concreta. Mientras tanto, los migrantes mexicanos, descritos como trabajadores honestos que sostienen la economía de Estados Unidos, enfrentan un trato que la presidenta calificó de injusto.
La mandataria insistió en que los mexicanos en Estados Unidos no son criminales, destacando su contribución económica con millones de dólares en remesas y consumo. Sin embargo, su discurso no aborda cómo evitará que estas redadas continúen afectando a los connacionales, dejando en evidencia la falta de un plan sólido frente a las políticas migratorias de Donald Trump.
Las redadas han generado protestas masivas en Los Ángeles, con enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales. Activistas denuncian que las detenciones son un intento deliberado de criminalizar a los migrantes, mientras que el gobierno de Trump justifica los operativos como parte de su estrategia contra la migración irregular y el crimen organizado.
El cónsul de México en Los Ángeles, Carlos González Gutiérrez, reportó que las detenciones ocurrieron en lugares de trabajo y puntos de reunión de jornaleros. Además, señaló un aumento en los arrestos de migrantes que acuden a citas en cortes migratorias, lo que sugiere una escalada en las tácticas de persecución por parte de las autoridades estadounidenses.
Sheinbaum llamó a Estados Unidos a buscar una reforma migratoria integral y a no tratar a los mexicanos como delincuentes. Sin embargo, sus palabras suenan vacías cuando México mismo ha intensificado operativos contra migrantes en su territorio, siguiendo las presiones de Washington. Esta contradicción pone en duda el compromiso del gobierno de Morena con la defensa de los derechos de los migrantes.
La situación en Los Ángeles ha desatado temor entre las comunidades mexicanas en Estados Unidos, que ahora viven con la incertidumbre de más redadas. Mientras el gobierno de Sheinbaum promete apoyo consular, la falta de acciones concretas para proteger a los connacionales deja un panorama desolador para miles de familias.
El despliegue de 2,000 soldados de la Guardia Nacional por parte de Trump, en respuesta a las protestas, solo agrava la tensión. Las redadas, lejos de ser una solución, están generando un clima de miedo y división, mientras el gobierno mexicano parece incapaz de ofrecer una respuesta contundente ante esta crisis migratoria.