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Colombia se une en las calles contra la violencia política tras el atentado a Miguel Uribe Turbay

Miles de personas tomaron las calles de Bogotá este domingo en una marcha que recorrió la emblemática Carrera Séptima, desde la Calle 72 hasta la Fundación Santa Fe, donde el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay lucha por su vida tras un atentado el sábado. Con banderas tricolores, pancartas y cánticos, los manifestantes expresaron su rechazo a la violencia política que ha resurgido en el país.
El senador de 39 años, miembro del partido Centro Democrático, fue herido de gravedad durante un acto de campaña en el barrio Modelia de Bogotá. Un menor de 15 años, identificado como el autor material del ataque, disparó contra Uribe Turbay, impactándolo en la cabeza y la pierna. La noticia ha conmocionado a Colombia, evocando los oscuros años de finales del siglo pasado, cuando varios candidatos presidenciales fueron asesinados.
La marcha no solo fue un acto de solidaridad con Uribe Turbay, sino un clamor por la paz y la democracia. Los asistentes, de diversas ideologías, llevaron una bandera colombiana de varios metros como símbolo de unidad y resistencia pacífica. En un momento especialmente emotivo, la multitud se detuvo frente a la escultura de Diana Turbay, madre del senador, asesinada en 1991 por el Cartel de Medellín, para entonar el himno nacional.
El estado de salud de Uribe Turbay sigue siendo crítico. Según el último parte médico de la Fundación Santa Fe, el senador permanece en cuidados intensivos tras someterse a una cirugía de emergencia. Su esposa, María Claudia Tarazona, agradeció las muestras de apoyo y pidió a la ciudadanía unirse en oración por su recuperación.
El atentado ha generado reacciones de líderes políticos y ciudadanos de todo el espectro. La excandidata presidencial Ingrid Betancourt, presente en la marcha, señaló que el ataque refleja una división entre quienes defienden la democracia y aquellos que buscan imponer una tiranía. La movilización también se replicó en ciudades como Cali, donde cientos se congregaron para exigir el fin de la violencia política.
El presidente Gustavo Petro condenó el ataque y canceló un viaje a Francia para liderar las investigaciones. En un mensaje, expresó su solidaridad con la familia Uribe Turbay, haciendo referencia al dolor de la pérdida de la madre del senador, Diana Turbay. Petro también ordenó investigar posibles fallos en los protocolos de seguridad del precandidato.
La Fiscalía confirmó que el atacante es un menor de edad, lo que ha encendido alarmas sobre la manipulación de jóvenes en actos criminales. Más de 100 investigadores de la Policía Nacional están trabajando para identificar a los autores intelectuales del atentado. El Ministerio de Defensa ofreció una recompensa de hasta 3,000 millones de pesos por información relevante.
El ataque a Uribe Turbay revive el temor a un regreso de los ciclos de violencia política que marcaron a Colombia en décadas pasadas. La memoria colectiva recuerda los asesinatos de figuras como Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán y Bernardo Jaramillo, cuyos crímenes dejaron heridas profundas en la nación.
La marcha de este domingo, descrita como un “río humano silencioso”, mostró a un país unido en su rechazo a la violencia. Los manifestantes corearon consignas como “Miguel, amigo, Colombia está contigo” y “Una Colombia unida jamás será vencida”, dejando claro que el deseo de paz trasciende las diferencias políticas.
Mientras Uribe Turbay permanece en estado de máxima gravedad, Colombia enfrenta un momento crucial. El atentado no solo pone en riesgo la vida de un líder político, sino que desafía los cimientos de la democracia y la convivencia pacífica en el país.

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