El programa Mi Primer Hogar 2025, impulsado por el gobierno del Estado de México a través del Instituto Mexiquense de la Vivienda Social, abre su pre-registro este 9 de junio, pero con un calendario ajustado que ha generado dudas entre los interesados. La iniciativa busca apoyar a jóvenes de 18 a 29 años para construir su primera vivienda en un terreno propio, ofreciendo paquetes de materiales para autoconstrucción de casas de 55 metros cuadrados. Sin embargo, el cambio de fechas por la veda electoral ha complicado el proceso para muchos.
El pre-registro, que originalmente comenzaría el 2 de junio, se retrasó al 9 de junio debido a las restricciones impuestas por la Elección Judicial 2025. Este lunes, los primeros en registrarse serán aquellos cuyos apellidos inicien con A o B, mientras que el 10 de junio les tocará a quienes tengan apellidos comenzando con C. El proceso se realiza exclusivamente en línea, a través de la plataforma oficial del Instituto Mexiquense de la Vivienda Social, lo que promete agilizar la gestión, pero también plantea retos para quienes no tienen acceso fácil a internet.
Para ser elegible, los solicitantes deben residir en alguno de los 125 municipios del Estado de México, no poseer una vivienda propia y contar con un terreno de al menos 80 metros cuadrados. Además, el terreno no debe estar en zonas de riesgo, con restricciones ecológicas o con un uso distinto al habitacional. Estas condiciones, aunque claras, han sido criticadas por ser restrictivas para muchos jóvenes en situación de vulnerabilidad que podrían no cumplir con todos los requisitos.
El programa ofrece un paquete de materiales diseñado por ingenieros y arquitectos del Instituto Mexiquense de la Vivienda Social, que permite construir una vivienda funcional. Sin embargo, la autoconstrucción implica que los beneficiarios deben asumir parte del trabajo, lo que podría ser un obstáculo para quienes no cuentan con experiencia o recursos adicionales. La dependencia asegura que habrá asistencia técnica, pero no se han detallado los alcances de este apoyo.
Otro punto que ha generado controversia es la documentación requerida. Los solicitantes deben presentar una solicitud dirigida al director del Instituto Mexiquense de la Vivienda Social, acta de nacimiento, identificación oficial vigente, comprobante de domicilio reciente y documentos que acrediten la propiedad del terreno. Además, se debe declarar bajo protesta de decir verdad que no se posee una vivienda, un trámite que algunos consideran engorroso y poco accesible para la población objetivo.
El calendario de pre-registro se extiende hasta el 8 de julio, con fechas específicas según la inicial del apellido. Para quienes no logren registrarse en su día correspondiente, se habilitaron los días 7 y 8 de julio para rezagados. Una vez completado el pre-registro, los solicitantes deberán descargar el Formato Único de Bienestar, que incluye un número de folio para continuar el proceso en los módulos de registro presenciales.
El presupuesto inicial para Mi Primer Hogar 2025 es de 20 millones de pesos, aunque podría incrementarse hasta 120 millones según la demanda. Esto ha levantado sospechas sobre la capacidad del gobierno estatal para cumplir con las expectativas generadas, especialmente considerando la alta demanda de vivienda en el estado. Críticos señalan que el programa podría quedarse corto frente a las necesidades reales de los jóvenes mexiquenses.
A pesar de las promesas, el programa ha sido cuestionado por su enfoque en la autoconstrucción y la falta de claridad sobre el seguimiento posterior. Organizaciones civiles han señalado que, sin un acompañamiento integral, muchos beneficiarios podrían enfrentar dificultades para completar sus viviendas. Además, la veda electoral ha añadido incertidumbre, dejando a muchos preguntándose si los retrasos afectarán la transparencia del proceso.
Los resultados de los seleccionados se publicarán el 26 de septiembre de 2025 en la página oficial del Instituto Mexiquense de la Vivienda Social. Quienes cumplan con los requisitos podrán avanzar hacia la entrega de materiales, pero el camino parece lleno de obstáculos burocráticos. La pregunta sigue en el aire: ¿será este programa una solución real para los jóvenes o solo una promesa más del gobierno estatal?
Mientras el Estado de México enfrenta un déficit histórico de vivienda, iniciativas como Mi Primer Hogar son vistas con esperanza, pero también con escepticismo. La población espera que el gobierno cumpla con lo prometido y que los apoyos lleguen a quienes más los necesitan, sin caer en las trampas de la opacidad o el favoritismo que suelen acompañar este tipo de programas.