La noche del jueves, un trágico incidente sacudió la comunidad de Cuautlacingo, en el municipio de Otumba, Estado de México. Seis personas perdieron la vida tras el colapso de un túnel subterráneo, presuntamente utilizado para la extracción ilegal de combustible de un ducto de Pemex. Las autoridades investigan si este suceso está relacionado con el robo de hidrocarburos, una práctica que sigue azotando la región.
El derrumbe ocurrió en un predio baldío ubicado en la calle Insurgentes, a unos 300 metros de un ducto de Petróleos Mexicanos. Según reportes, las víctimas estaban excavando el túnel cuando la estructura cedió, atrapándolas en el interior. La tragedia se reportó alrededor de las 20:00 horas, y los primeros en responder fueron los propios habitantes de la comunidad, quienes se organizaron para rescatar los cuerpos.
Una camioneta blanca con altavoces recorrió las calles de Cuautlacingo, convocando a los pobladores a apoyar en las labores de rescate. Sorprendentemente, los vecinos impidieron la intervención de los cuerpos de emergencia, como Protección Civil y la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, asumiendo ellos mismos los riesgos de la operación. Este hecho ha levantado sospechas sobre la posible complicidad de la comunidad con actividades ilícitas.
A pesar de los esfuerzos iniciales, solo un cuerpo pudo ser extraído con la ayuda de una retroexcavadora antes de que los pobladores detuvieran las labores oficiales. Los cinco cuerpos restantes fueron recuperados por los propios habitantes, quienes incluso se resistieron a entregar los cadáveres a las autoridades para las necropsias correspondientes. No fue sino hasta la madrugada del viernes, tras un diálogo con las autoridades, que accedieron a ceder los cuerpos.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México ha tomado el control de la investigación para determinar las causas exactas del derrumbe y confirmar si el túnel estaba destinado al huachicoleo. Aunque no hay detenidos hasta el momento, se presume que el pasadizo formaba parte de una red clandestina dedicada al robo de combustible, una actividad que ha proliferado en el nororiente del Estado de México.
La región de Otumba, junto con municipios cercanos como Acolman y Teotihuacán, es conocida por ser un punto caliente para el huachicoleo. En los últimos años, se han detectado múltiples túneles y tomas clandestinas en la zona, lo que evidencia la persistencia de este delito. En 2024, México reportó más de 12 mil tomas clandestinas, con el Estado de México como la segunda entidad con mayor incidencia, solo detrás de Hidalgo.
Este incidente pone en evidencia la falta de control efectivo sobre el robo de combustible, un problema que no solo genera pérdidas millonarias para Pemex, sino que también cobra vidas. En 2024, la empresa reportó pérdidas por más de 20 mil millones de pesos debido al huachicoleo. La tragedia de Cuautlacingo es un recordatorio de los peligros que enfrentan quienes se involucran en estas actividades ilícitas.
Las autoridades de Pemex y la Guardia Nacional mantienen resguardado el predio mientras se realizan inspecciones para verificar si el túnel estaba conectado al ducto. Los peritos continúan trabajando en la zona para esclarecer los hechos, pero la opacidad en la respuesta de la comunidad y la falta de acción inmediata de las autoridades locales generan más preguntas que respuestas.
Este nuevo caso de huachicoleo en el Estado de México resalta la urgencia de implementar medidas más efectivas para combatir este delito. Mientras las redes de extracción ilegal sigan operando con impunidad, tragedias como la de Otumba seguirán repitiéndose, dejando un saldo de pérdidas humanas y materiales que afectan a todo el país.

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Seis cuerpos hallados en túnel colapsado en Otumba: ¿otro caso de huachicoleo en Edomex?
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