En un lamentable incidente en la colonia Sierra Azul de Chihuahua, una empresa enfrenta una multa de 140 mil pesos por su responsabilidad en el derrame de chapopote que afectó a cuatro perros, de los cuales solo uno sobrevivió. Las autoridades municipales han tomado medidas firmes contra el negocio señalado por este grave descuido ambiental.
La Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología del Municipio de Chihuahua clausuró parcialmente el establecimiento tras una investigación conjunta con la Fiscalía General del Estado. El negocio, ubicado en la misma colonia donde ocurrió el incidente, no presentó los permisos necesarios para operar, lo que derivó en la sanción económica y la clausura temporal.
El caso comenzó cuando cuatro perros cayeron accidentalmente en un charco de chapopote en un terreno baldío. Según las autoridades, los canes, que jugaban en la zona, quedaron atrapados en el material viscoso, resultando en la muerte de tres de ellos. La tragedia ha generado indignación entre los habitantes de la localidad.
Gracias a las cámaras de vigilancia de la Fiscalía, se determinó que los perros ingresaron al charco de manera accidental. Sin embargo, la falta de medidas de seguridad por parte de la empresa permitió que este peligroso material estuviera expuesto, poniendo en riesgo no solo a los animales, sino también a las personas.
La empresa, obligada por las autoridades, ya realizó labores de limpieza en el terreno afectado. Durante la comparecencia ante la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología, se le ordenó retirar el chapopote y mejorar las condiciones del lugar para evitar futuros incidentes.
El único perro sobreviviente recibe atención veterinaria especializada. Vecinos y activistas han expresado su consternación por el estado en que fueron encontrados los animales, destacando la necesidad de regulaciones más estrictas para evitar el abandono de residuos peligrosos.
La clausura parcial del negocio permite que los tres perros que habitan en el interior del establecimiento sigan recibiendo cuidados de alimentación y limpieza. Sin embargo, la empresa no podrá reanudar operaciones hasta que cumpla con las normativas exigidas por el municipio.
Este caso ha reavivado el debate sobre el manejo de materiales peligrosos en zonas urbanas. La tragedia de los perros en Sierra Azul pone en evidencia la falta de responsabilidad de algunas empresas y la necesidad de mayor vigilancia por parte de las autoridades.
La comunidad de Chihuahua exige que se tomen medidas más severas para prevenir incidentes similares. La multa y la clausura son un primer paso, pero muchos consideran que se necesita un cambio más profundo en la regulación ambiental para proteger tanto a los animales como a los ciudadanos.
La investigación continúa, y las autoridades han asegurado que seguirán trabajando para garantizar el cumplimiento de las normativas ambientales y evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro.