El programa Destilichadero sigue cambiando la cara de Chihuahua, y en lo que va de 2025, más de 151 colonias han sentido el impacto de esta iniciativa municipal. Organizado por la Dirección de Servicios Públicos Municipales, el programa se ha convertido en una herramienta clave para mantener las calles limpias y libres de basura voluminosa que los camiones recolectores no pueden llevarse.
Cada semana, el Destilichadero recorre diferentes puntos de la ciudad, colocando contenedores fijos donde los vecinos pueden depositar muebles viejos, colchones, llantas y otros objetos que acumulan polvo en casa. Pero no solo eso: cuadrillas de limpieza recorren las colonias para recoger los desechos que los residentes dejan en las banquetas, facilitando el proceso para quienes no pueden trasladar sus tiliches hasta el contenedor.
Desde su inicio, el programa ha sido un esfuerzo constante por evitar que la basura de gran tamaño termine en arroyos, lotes baldíos o en la vía pública, lo que podría generar problemas de salud y plagas. En 2024, se visitaron decenas de colonias, y este año el ritmo no para, con un calendario que abarca zonas como Lealtad I, Esperanza, San Felipe, Jardines del Saucito, San José y Aeropuerto en solo una semana de mayo.
La logística es sencilla pero efectiva. Los contenedores están disponibles de lunes a viernes de 9 de la mañana a 3 de la tarde, y los sábados hasta el mediodía. Los Guardianes Ecológicos, como se conoce al personal de limpieza, se aseguran de que todo lo que se deje en las calles sea recolectado, siempre y cuando no se trate de basura electrónica, que requiere un manejo especial.
El impacto del Destilichadero va más allá de la limpieza. Vecinos como Alfredo Sierra, de la colonia Plan de Ayala, han destacado cómo este programa les ha permitido deshacerse de objetos acumulados durante años, dando un respiro a sus hogares. “Sacamos cosas que teníamos guardadas desde hace mucho tiempo”, comentó Sierra en una ocasión, agradeciendo la oportunidad de mantener su entorno más ordenado.
El gobierno municipal, liderado por Marco Bonilla, ha hecho del Destilichadero una prioridad para mejorar la calidad de vida en Chihuahua. La iniciativa responde a las peticiones ciudadanas y busca prevenir problemas como la acumulación de desechos que atraen plagas o generan riesgos en las comunidades.
Sin embargo, no todo es perfecto. Aunque el programa es gratuito, ha habido reportes aislados de empleados solicitando remuneración por la recolección, algo que las autoridades piden denunciar al número 072. Esto refleja un compromiso por mantener la transparencia y el buen funcionamiento del programa.
En un contexto donde la limpieza urbana es un reto constante, el Destilichadero se posiciona como un ejemplo de acción municipal que combina organización, participación ciudadana y un enfoque claro en el bienestar de las comunidades. Con más de 151 colonias atendidas, Chihuahua demuestra que pequeños esfuerzos pueden generar grandes cambios.