El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México enfrenta una nueva crisis en su Terminal 2, donde el suministro de agua fue suspendido debido a una falla imprevista. La administración del aeropuerto informó que el problema, calificado como una “situación fortuita”, ha generado molestias a pasajeros y negocios en la terminal.
A través de un comunicado, las autoridades aeroportuarias aseguraron que trabajan para restablecer el servicio lo antes posible. Sin embargo, no se han proporcionado detalles sobre las causas exactas de la interrupción, lo que ha generado incertidumbre entre los usuarios.
El corte de agua ha afectado principalmente los sanitarios y algunos comercios de la Terminal 2. Para mitigar el impacto, el aeropuerto habilitó baños alternos en la sala 75, el dedo L y el estacionamiento de la terminal.
A pesar de las molestias, las operaciones de vuelo no han sido interrumpidas. Los despegues y aterrizajes continúan según lo programado, según el reporte oficial del aeropuerto.
Este incidente se suma a una serie de problemas que han aquejado al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en los últimos años. Desde inundaciones hasta fallas técnicas, la infraestructura del aeropuerto ha sido cuestionada repetidamente.
La Secretaría de Marina, que asumió la administración del aeropuerto en 2022, enfrenta críticas por la falta de mantenimiento y soluciones efectivas ante este tipo de situaciones. Los pasajeros han expresado su frustración en redes sociales.
Mientras tanto, el aeropuerto recomendó a los usuarios mantenerse atentos a los comunicados oficiales para cualquier actualización. No se ha especificado una hora exacta para el restablecimiento del suministro de agua.
La situación ha generado un ambiente de incomodidad en la Terminal 2, con filas en los baños alternos y quejas por la falta de información clara. Los negocios afectados también reportan inconvenientes operativos.
Este nuevo episodio pone en evidencia los retos que enfrenta el aeropuerto más importante del país. La infraestructura, que opera al límite de su capacidad, sigue siendo un dolor de cabeza para autoridades y usuarios.