La reliquia de San Judas Tadeo, un fragmento óseo autentificado por el Vaticano, continúa su recorrido por México, y ahora llega a la ciudad de Ojinaga, Chihuahua, para deleite de miles de fieles. Este viaje espiritual, que comenzó en julio de 2024, ha llevado la venerada reliquia a diversas regiones del país, congregando a devotos que buscan un momento de conexión con el santo de las causas perdidas.
Tras su paso por la capital de Chihuahua, donde miles de personas se reunieron para rendir homenaje, la reliquia avanza hacia Ojinaga como parte de la cuarta etapa de su peregrinación, que abarca el centro, el Bajío, el norte y el Pacífico del país. Esta etapa, que se extenderá hasta abril de 2025, refleja la profunda devoción que los mexicanos tienen por San Judas Tadeo, considerado una de las figuras más queridas después de la Virgen de Guadalupe.
La reliquia, un fragmento del hueso del brazo del santo, es resguardada con gran cuidado y ha sido venerada desde tiempos inmemoriales en la Basílica de San Salvatore in Lauro, en Roma. Su llegada a México, gestionada ante el Vicariato de Roma, marca un hecho histórico, ya que es la primera vez que esta sagrada reliquia recorre el país, visitando catedrales, parroquias y basílicas.
En Ojinaga, los fieles tendrán la oportunidad de participar en ceremonias especiales, incluidas eucaristías solemnes, para honrar a San Judas Tadeo. La reliquia estará expuesta en recintos religiosos locales, donde se espera una gran afluencia de devotos que buscan consuelo y esperanza en el santo conocido por interceder en las causas más difíciles.
La peregrinación ha generado un impacto significativo en las comunidades visitadas, con misas que han reunido a miles de personas, como ocurrió en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, donde más de 2,000 feligreses asistieron a una celebración especial. Este fervor religioso resalta la importancia de San Judas Tadeo en la cultura mexicana, donde su imagen es un símbolo de fe y resistencia.
El recorrido de la reliquia no solo es un evento religioso, sino también una oportunidad para que las comunidades se unan en torno a su fe. En cada parada, se organizan actividades litúrgicas que incluyen oraciones, cánticos y reflexiones sobre la vida y el legado del santo, quien es reconocido como uno de los apóstoles de Jesús y mártir de la fe.
La llegada de la reliquia a Ojinaga es un momento especial para los habitantes de esta región fronteriza, que se preparan para recibirla con devoción y entusiasmo. Las parroquias locales han coordinado un programa de actividades para garantizar que todos los fieles puedan participar en este evento único, que fortalece los lazos espirituales y comunitarios.
A medida que la reliquia continúa su viaje por México, su paso por Chihuahua y ahora Ojinaga deja una huella imborrable en los corazones de los devotos. Este recorrido, que combina fe, tradición y esperanza, reafirma la profunda conexión que los mexicanos tienen con San Judas Tadeo, un símbolo de ayuda en tiempos de adversidad.