El Gobierno de Jalisco está a punto de dar un paso crucial para garantizar el suministro de agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara. El próximo 23 de mayo se anunciará el fallo de la licitación para el proyecto ejecutivo del nuevo acueducto sustituto Chapala-Guadalajara, una infraestructura que busca reemplazar el sistema actual, construido en 1986 y en operación desde 1991.
El acueducto actual abastece cerca del 60 por ciento del agua que consume la metrópoli, pero su antigüedad y deterioro han encendido las alertas. Con 34 años de funcionamiento, el ducto enfrenta problemas de capacidad y mantenimiento, lo que pone en riesgo la seguridad hídrica de millones de habitantes en Guadalajara y sus alrededores.
La Secretaría de Gestión Integral del Agua y la Comisión Estatal del Agua lideran este proyecto, que busca una infraestructura moderna y eficiente. El nuevo acueducto no pretende extraer más agua del lago de Chapala, sino optimizar la concesión actual de 7.5 metros cúbicos por segundo, de los cuales hoy solo se transportan 5.5 debido a las limitaciones del sistema.
El costo estimado de la obra asciende a 6 mil 500 millones de pesos, con un tiempo de construcción proyectado de tres a cuatro años. La infraestructura se planea construir paralela al acueducto existente, aprovechando los terrenos y trabajos previos, lo que reduce costos y facilita su desarrollo.
Ernesto Marroquín, titular de la Secretaría de Gestión Integral del Agua, ha subrayado la urgencia de esta obra. Una falla en el sistema actual sería catastrófica, ya que no hay fuentes alternativas capaces de reemplazar el volumen de agua que transporta el acueducto, dejando a la ciudad en una situación crítica.
El proyecto ha generado debate, especialmente entre los habitantes de la ribera de Chapala, quienes temen un impacto ambiental en el lago. Sin embargo, las autoridades aseguran que el objetivo es mejorar la eficiencia y no aumentar la extracción de agua, preservando los niveles del cuerpo de agua más importante de la región.
La licitación, publicada el pasado 10 de abril, exige a las empresas participantes experiencia en ingeniería, sostenibilidad e impacto ambiental. El proceso ha sido presentado como público y transparente, con el fallo disponible en el portal de la Comisión Estatal del Agua para consulta de todos los interesados.
A pesar de los beneficios proyectados, la oposición no se ha hecho esperar. El Frente de Pueblos de la Ribera del Lago de Chapala ha exigido suspender la licitación, argumentando que el lago enfrenta problemas de contaminación y que la gestión del agua en la metrópoli debe priorizar la reparación de fugas en la red del SIAPA.
El actual sistema de conducción, que incluye el río Santiago y los canales de Atequiza y Las Pintas, enfrenta pérdidas significativas por evaporación, infiltración y contaminación. El nuevo acueducto busca resolver estos problemas, garantizando un suministro continuo y de mejor calidad para los habitantes de la Zona Metropolitana.
Con esta obra, Jalisco busca no solo asegurar el abasto de agua, sino también modernizar una infraestructura crítica para el desarrollo de la segunda ciudad más grande del país. La decisión final sobre el proyecto marcará el rumbo de la seguridad hídrica en la región para las próximas décadas.