El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, ha puesto el foco en la frontera compartida, destacando su importancia estratégica para el presidente Donald Trump. En un mensaje reciente, el diplomático subrayó que una frontera segura y eficiente es clave para combatir el tráfico de fentanilo hacia el norte y de armas hacia el sur, un problema que afecta a ambos países.
La declaración de Johnson llega tras un pronunciamiento de la Casa Blanca, donde la vocera Karoline Leavitt destacó la relación fortalecida entre Trump y la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum. Según Leavitt, esta cooperación ha contribuido a una notable reducción en las incautaciones de fentanilo en la frontera, un dato que resalta el impacto de las políticas bilaterales.
De acuerdo con reportes, las incautaciones mensuales de fentanilo han caído de 771 kilos en 2024 a 338 kilos en 2025, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. Este descenso, aunque positivo, ha generado preguntas sobre sus causas, con expertos señalando tanto la cooperación bilateral como el uso de medicamentos contra sobredosis.
La presidenta Sheinbaum, por su parte, celebró la disminución de muertes por fentanilo en Estados Unidos, que se redujeron en un 27%. En su conferencia matutina, la mandataria destacó que este logro beneficia no solo a Estados Unidos, sino al mundo, al mitigar el dolor y las tragedias asociadas al abuso de esta droga.
El embajador Johnson insistió en que la coordinación entre México y Estados Unidos es esencial para avanzar en la seguridad fronteriza. Este enfoque conjunto busca no solo frenar el flujo de fentanilo, sino también el tráfico de armas que alimenta la violencia en México, un tema que ha sido prioritario en las discusiones bilaterales.
El gobierno mexicano ha intensificado sus esfuerzos, con operativos como el despliegue de 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera. Estas acciones, parte del Operativo Frontera Segura, incluyen inspecciones en cruces clave como Tijuana, apoyadas por agentes y perros entrenados para detectar narcóticos.
A pesar de los avances, el tráfico de fentanilo sigue siendo un desafío. Estados Unidos atribuye parte del problema a los cárteles mexicanos, mientras que México destaca que los precursores químicos provienen de Asia y que muchas armas decomisadas en el país tienen origen estadounidense.
La colaboración bilateral también enfrenta tensiones, como las recientes amenazas de aranceles por parte de Trump. Sin embargo, un acuerdo entre ambos gobiernos suspendió temporalmente estas medidas, dando espacio a negociaciones para fortalecer la seguridad sin comprometer la soberanía mexicana.
Johnson, un exmilitar y veterano de la CIA, ha enfatizado la necesidad de un trabajo conjunto sin subordinación. Sus declaraciones reflejan un compromiso por mantener el diálogo, en un contexto donde la frontera sigue siendo un punto crítico para ambos países.
Este panorama subraya la complejidad de los retos en la frontera México-Estados Unidos. La lucha contra el fentanilo y el tráfico de armas requiere no solo coordinación, sino un enfoque integral que aborde las causas de raíz de estos problemas transnacionales.