Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.

Humo de incendios forestales en Canadá cruza fronteras y afecta a Estados Unidos y Europa

Los incendios forestales en Canadá han desatado una crisis ambiental de proporciones globales. En las provincias de Manitoba y Saskatchewan, las llamas han consumido vastas extensiones de terreno, generando densas columnas de humo que han viajado miles de kilómetros, impactando la calidad del aire en múltiples regiones de Estados Unidos y llegando incluso hasta Europa.
En Manitoba, los incendios han obligado a evacuar a más de 27,000 personas, marcando una de las mayores evacuaciones en la historia reciente de la provincia. Las autoridades locales han declarado estado de emergencia, mientras los bomberos luchan contra incendios fuera de control, avivados por condiciones de sequía extrema y altas temperaturas.
El humo de estos incendios ha cruzado la frontera hacia Estados Unidos, afectando estados como Minnesota, Wisconsin y Michigan. En Minneapolis-St. Paul, la calidad del aire alcanzó niveles “muy insalubres”, con índices superiores a 250, lo que representa un riesgo significativo para la salud de los habitantes, especialmente para grupos vulnerables como niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias.
En el medio oeste estadounidense, el olor a humo persiste incluso en días de lluvia, complicando las condiciones para los residentes. Las autoridades de Minnesota emitieron alertas de calidad del aire, recomendando a la población permanecer en interiores y evitar actividades al aire libre para reducir la exposición a partículas nocivas.
Más allá del Atlántico, el humo ha llegado a Europa, transportado por corrientes de aire a gran altitud. Según el servicio climático europeo Copernicus, las columnas de humo han cruzado el océano, causando cielos brumosos en países como Grecia y otras regiones del Mediterráneo oriental, aunque sin un impacto significativo en la calidad del aire a nivel del suelo.
Los incendios en Canadá, intensificados por el cambio climático, han liberado grandes cantidades de monóxido de carbono y partículas finas a la atmósfera. Estas emisiones no solo afectan la salud humana, sino que también contribuyen al calentamiento global, agravando un ciclo de condiciones climáticas extremas que favorecen más incendios.
En Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) ha monitoreado la situación a través de su plataforma AirNow, mostrando áreas con condiciones “insalubres” desde las Dakotas hasta Georgia. Las partículas finas (PM2.5) presentes en el humo son especialmente peligrosas, ya que pueden penetrar profundamente en los pulmones y causar problemas respiratorios y cardiovasculares.
El impacto de estos incendios trasciende fronteras, evidenciando la interconexión de los ecosistemas globales. Mientras los esfuerzos para controlar las llamas en Canadá continúan, las autoridades internacionales instan a tomar medidas preventivas, como el uso de mascarillas N95 en áreas afectadas y la vigilancia constante de la calidad del aire.
La situación actual subraya la urgencia de abordar el cambio climático y sus efectos en los incendios forestales. A medida que las temporadas de incendios se vuelven más intensas y prolongadas, los impactos en la salud pública y el medio ambiente se agravan, afectando a comunidades a miles de kilómetros de distancia.

Compartir:

Noticias Relacionadas