La violencia en Tabasco no da tregua. Este viernes, autoridades federales detuvieron a Edson Aldair Zavala Alcocer, alias Zavala, identificado como el sucesor de Francisco Javier Custodio Luna, El Guasón, en el grupo criminal La Barredora. Junto a él cayó Jorge Luis López Torres, su supuesto segundo al mando.
El operativo, realizado en Cárdenas, fue encabezado por la Secretaría de Defensa, la Marina, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. Ambos detenidos son señalados como piezas clave en la ola de inseguridad que azota la región, vinculados a extorsión, venta de drogas y ataques contra grupos rivales.
Zavala asumió un rol protagónico tras la captura de El Guasón el pasado jueves. Las autoridades lo describen como un coordinador violento, encargado de mantener el control del narcotráfico en municipios como Villahermosa, Cárdenas y Cunduacán, zonas donde La Barredora impone su ley sin freno aparente.
Por su parte, López Torres habría apoyado en la logística criminal, perpetuando la lucha contra el Cártel Jalisco Nueva Generación. Esta rivalidad ha dejado un rastro de sangre y caos, mientras el gobierno parece incapaz de contener la escalada de violencia.
La detención ocurre en un contexto crítico para Tabasco. Apenas ayer, El Guasón, un ex policía estatal, fue arrestado por su papel como generador de terror en el estado. Sin embargo, la rápida sucesión de Zavala demuestra la resiliencia de estas redes delictivas.
La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirán estas bandas operando con impunidad? Los ciudadanos de Tabasco enfrentan día a día las consecuencias de una estrategia de seguridad que no termina de mostrar resultados contundentes.