Las autoridades canadienses han tomado una decisión contundente: acelerar grandes proyectos de infraestructura para fortalecer su economía y reducir la dependencia de Estados Unidos. Esta medida responde a lo que califican como una “guerra económica” desatada por las políticas del presidente estadounidense Donald Trump.
Tras una reunión clave con los líderes de las 10 provincias y tres territorios de Canadá, el primer ministro Mark Carney anunció un plan ambicioso. El objetivo es eliminar barreras internas al comercio y agilizar proyectos considerados de interés nacional, una estrategia para blindar al país ante las tensiones comerciales con su vecino del sur.
Carney destacó que los proyectos identificados como prioritarios tendrán un proceso de aprobación reducido a un máximo de dos años. Esto representa menos de la mitad del tiempo que actualmente toma poner en marcha iniciativas de gran envergadura, una medida que busca atraer inversiones masivas.
El plan apunta a posicionar a Canadá como una superpotencia energética. Carney subrayó que estas acciones podrían impulsar la economía canadiense para convertirse en la más fuerte del G7, un objetivo que refleja la urgencia de responder a las políticas proteccionistas de Trump.
Sin embargo, no todos los sectores están de acuerdo con esta aceleración. Provincias como Quebec y Columbia Británica, junto con comunidades indígenas, han mostrado resistencia a proyectos de infraestructura, especialmente aquellos relacionados con la explotación de recursos naturales.
Por otro lado, la jefa de Gobierno de Alberta, Danielle Smith, celebró la postura de Carney. Alberta, rica en reservas petroleras valuadas en 9 billones de dólares canadienses, ve en este plan una oportunidad para expandir la construcción de oleoductos y aumentar la exportación de crudo.
Smith señaló que no había escuchado un discurso tan favorable al desarrollo de los recursos petroleros en mucho tiempo. Según ella, ignorar las reservas de Alberta, estimadas en 1,8 billones de barriles, sería un error estratégico para el país.
Además del sector energético, la agilización de proyectos beneficiará a la industria minera y a la construcción de infraestructuras de transporte. Estas áreas son vistas como claves para diversificar la economía canadiense y reducir su vulnerabilidad frente a Estados Unidos.
El jefe de Gobierno de Ontario, Doug Ford, aseguró que las políticas de Trump han unificado a Canadá. Según Ford, existe una voluntad colectiva para acelerar el desarrollo económico y enfrentar los desafíos comerciales impuestos desde Washington.
La estrategia de Canadá refleja una respuesta directa a las tensiones con Estados Unidos. Con Trump amenazando con aranceles y medidas proteccionistas, el país busca fortalecer su autonomía económica mientras enfrenta un panorama global incierto.

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Canadá acelera proyectos económicos frente a la amenaza comercial de Trump
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