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Violencia sin control en Edomex durante jornada electoral 2025

El Estado de México vivió una jornada electoral marcada por la sangre, con al menos seis homicidios dolosos registrados el 1 de junio de 2025. Según reportes preliminares, la entidad se posicionó entre las más violentas del país durante el día de las elecciones, reflejando una vez más la grave crisis de inseguridad que azota a los mexiquenses.
De los casos reportados, dos ocurrieron en Jocotitlán, donde se hallaron cuerpos con signos de violencia extrema, acompañados de un mensaje intimidatorio presuntamente ligado al crimen organizado. Este hallazgo, ocurrido antes de la apertura de casillas, evidencia la audacia de los grupos delictivos que operan con impunidad en la región.
Otro homicidio se registró en Jiquipilco, sumándose a la lista de hechos violentos que empañaron el proceso electoral. Aunque no todos los casos están directamente relacionados con las elecciones, la presencia de estos crímenes subraya la incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad en un día tan crucial.
El gobierno estatal, encabezado por Morena, enfrenta nuevamente cuestionamientos por su falta de acción frente a la escalada de violencia. Los datos oficiales muestran que el Edomex sigue siendo un foco rojo en materia de homicidios, con cifras que superan a las de elecciones anteriores en la entidad.
En comparación, la jornada electoral de 2023 reportó siete asesinatos, mientras que en 2021 se documentaron seis. Sin embargo, los números de 2025 confirman una tendencia alarmante: la violencia no cede, y los mexiquenses enfrentan un entorno cada vez más peligroso.
A nivel nacional, se reportaron 62 víctimas de homicidio doloso durante el día electoral, con el Edomex aportando una parte significativa de esta cifra. Esto coloca a la entidad como uno de los epicentros de la inseguridad en México, solo detrás de estados como Guanajuato.
La impunidad y la falta de estrategias efectivas para combatir el crimen organizado son señaladas como las principales causas de este panorama desolador. Mientras las autoridades prometen resultados, los ciudadanos viven con el temor constante de ser víctimas de la violencia.
La jornada electoral debería ser un momento de democracia y participación ciudadana, pero en el Edomex se convirtió en un recordatorio de la fragilidad de la seguridad. Los habitantes exigen respuestas y acciones concretas para frenar esta ola de crímenes que parece no tener fin.
Las autoridades locales y federales tienen ahora el reto de esclarecer estos casos y garantizar que la violencia no siga opacando los procesos democráticos. Sin embargo, la confianza en su capacidad para lograrlo se desvanece con cada nuevo reporte de sangre en las calles.

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