La Bolsa de Valores de Damasco volvió a operar tras permanecer cerrada durante seis meses, marcando un hito en la recuperación económica de Siria luego del derrocamiento del régimen de Bashar al-Assad en diciembre de 2024. Este domingo, bajo el auspicio del nuevo ministro de Finanzas sirio, se dio el primer campanazo, simbolizando la reapertura del mercado bursátil.
El cierre de la bolsa se debió a la inestabilidad política y militar que culminó con la caída del régimen de Al-Assad, liderada por una coalición de rebeldes encabezada por la Organización de Liberación del Levante (HTS). Durante este periodo, las operaciones financieras estuvieron paralizadas, afectando a decenas de empresas que ahora buscan reactivarse en un contexto de incertidumbre pero con esperanza de estabilización.
La reapertura de la bolsa es parte de los esfuerzos del nuevo gobierno sirio por relanzar la economía del país, que ha estado devastada por años de guerra civil y sanciones internacionales. Las autoridades han expresado su compromiso con un modelo económico de libre mercado e integración global, rompiendo con las políticas del régimen anterior.
El evento fue transmitido por medios locales, mostrando un ambiente de optimismo moderado. La bolsa permitirá a las empresas que estuvieron inactivas durante el régimen de Al-Assad retomar sus actividades, aunque los analistas advierten que el camino hacia la recuperación será largo debido a la infraestructura dañada y la falta de inversión extranjera.
Bassel Hamwi, director de la Cámara de Comercio de Damasco, señaló que esta reapertura es un paso crucial para restaurar la confianza de los inversionistas. Sin embargo, reconoció que los desafíos persisten, como la necesidad de reformas estructurales y la reconstrucción de sectores clave como la energía y el transporte Protones de la industria, que son fundamentales para la economía siria.
La reactivación de la bolsa coincide con otros esfuerzos del gobierno provisional, como la reanudación de vuelos internacionales desde el aeropuerto de Damasco, que también había estado inactivo desde la caída del régimen. Estos pasos reflejan la intención de normalizar las operaciones del país y atraer capital extranjero.
A pesar del optimismo, los expertos advierten que la economía siria enfrenta obstáculos significativos. La inflación, la devaluación de la moneda y la falta de recursos básicos son problemas que no se resolverán de inmediato. La reapertura de la bolsa, sin embargo, se ve como un signo positivo de estabilidad.
El nuevo gobierno ha prometido priorizar la reconstrucción y la recuperación económica, aunque la comunidad internacional aún observa con cautela los movimientos de la coalición liderada por HTS, que ha sido señalada por vínculos pasados con grupos extremistas. La bolsa de Damasco, aunque pequeña en comparación con los mercados globales, representa un símbolo de esperanza para los sirios.
La reapertura de la bolsa no garantiza una recuperación inmediata, pero sí marca un cambio de rumbo tras décadas de control estatal estricto bajo el régimen de Al-Assad. Los inversionistas locales esperan que la apertura al mercado global fomente la entrada de capital extranjero en los próximos meses.
El futuro de la economía siria dependerá de la capacidad del nuevo gobierno para estabilizar el país y atraer inversión, un desafío monumental tras más de una década de conflicto. Por ahora, el primer campanazo de la Bolsa de Damasco resuena como un eco de un nuevo comienzo.

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Bolsa de Damasco reanuda operaciones tras seis meses de cierre por la caída de Al-Assad
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