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General Román Carmona Landa asume como nuevo comandante de la Fuerza Aérea Mexicana en medio de cuestionamientos

En un acto cargado de simbolismo, el general de división piloto aviador Román Carmona Landa tomó protesta como nuevo comandante de la Fuerza Aérea Mexicana. La ceremonia, realizada en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, estuvo encabezada por el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo. Este nombramiento llega en un momento de críticas por la creciente militarización del país y el control del espacio aéreo por parte de las Fuerzas Armadas.
Carmona Landa, originario de la Ciudad de México, cuenta con una trayectoria de más de cuatro décadas en la Fuerza Aérea. Egresado del Heroico Colegio Militar, tiene una maestría en Administración con especialidad en Alta Dirección. Su formación incluye cursos tácticos, instrucción de vuelo en aviones T-33 y Pilatus PC-7, además de seminarios en Washington sobre derechos humanos y seguridad.
El nuevo comandante ha ocupado cargos clave, como director del Colegio del Aire en Zapopan y comandante de la Región Aérea del Centro. También participó en operaciones contra el narcotráfico, destacando la incautación de droga en un minisubmarino en Oaxaca. Su experiencia lo posiciona como una figura central en la estrategia de seguridad aérea del gobierno.
Sin embargo, este cambio de mando no está exento de controversia. La designación de Carmona Landa ocurre tras la aprobación de la Ley de Protección del Espacio Aéreo Mexicano, que otorga mayores facultades a la Sedena. Críticos señalan que esta legislación refuerza la militarización en tareas que deberían ser civiles, aumentando el poder del Ejército en la vida pública.
Durante su gestión como comandante de la Región Aérea del Sureste, Carmona Landa defendió la nueva ley, argumentando que da “más dientes” a la Fuerza Aérea para combatir el tráfico ilícito de drogas, armas y dinero. Sin embargo, expertos advierten que la falta de contrapesos podría derivar en abusos de autoridad y opacidad en las operaciones.
La Fuerza Aérea Mexicana, con 110 años de historia, enfrenta retos significativos. Además de la vigilancia del espacio aéreo, participa en el Plan DN-III-E para desastres naturales y en operaciones contra el crimen organizado. Sin embargo, la dependencia ha sido cuestionada por su rol en proyectos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, administrado por militares.
El nombramiento de Carmona Landa se da en un contexto de creciente escrutinio hacia la Sedena. La dependencia no solo controla el espacio aéreo, sino también proyectos clave del gobierno de Morena, como la aerolínea Mexicana de Aviación. Esto ha generado críticas por la falta de transparencia en el uso de recursos públicos.
Organizaciones civiles han expresado preocupación por la concentración de poder en las Fuerzas Armadas. Argumentan que el gobierno de Claudia Sheinbaum continúa una política de militarización iniciada por López Obrador, sin un plan claro para fortalecer las instituciones civiles encargadas de la seguridad y la aviación.
En su discurso, Carmona Landa rindió homenaje a los “caballeros del aire” caídos en servicio y destacó el compromiso de la Fuerza Aérea con la seguridad nacional. Sin embargo, no mencionó los señalamientos sobre la falta de rendición de cuentas en las operaciones militares.
El futuro de la Fuerza Aérea bajo el mando de Carmona Landa será observado de cerca. Mientras el gobierno defiende su estrategia de seguridad, la sociedad exige claridad y límites al poder militar en un país donde la violencia y la inseguridad siguen siendo problemas sin resolver.

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