En un hecho sin precedentes en México, la elección judicial del 1 de junio de 2025 ha colocado a Lenia Batres y Hugo Aguilar como los favoritos para presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Según los cómputos distritales del Instituto Nacional Electoral (INE), con casi la mitad de las actas procesadas, Aguilar lleva la delantera con 2.5 millones de votos, mientras que Batres suma 2.3 millones, dejando atrás a otras figuras cercanas al gobierno.
La jornada electoral, marcada por una participación ciudadana de apenas el 13%, ha generado controversia. Los candidatos punteros, ambos afines al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), reflejan el peso de la llamada “4T” en este proceso histórico. Lenia Batres, autodenominada “ministra del pueblo”, ha destacado por su discurso a favor de la austeridad y la cercanía con los ideales del gobierno actual, aunque no sin críticas por su presunto uso de recursos públicos en campaña.
Hugo Aguilar, abogado oaxaqueño de origen mixteco, se perfila como una figura clave en esta contienda. Su candidatura representa un hito, pues podría convertirse en el primer indígena en presidir la Suprema Corte. Su ventaja en los conteos preliminares ha sorprendido, superando incluso a las ministras en funciones que dominaban las encuestas previas.
Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, también cercanas a Morena, siguen en la carrera, pero con menor fuerza. Esquivel acumula 2 millones de votos y Ortiz 1.9 millones, según los datos del INE. Ambas han sido cuestionadas por su cercanía al gobierno de Claudia Sheinbaum, lo que ha alimentado el debate sobre la independencia del Poder Judicial tras la reforma impulsada por el expresidente López Obrador.
La elección judicial, la primera en su tipo a nivel mundial, buscaba democratizar el Poder Judicial, pero los resultados han levantado sospechas. Reportes señalan que el proceso estuvo acompañado de irregularidades, como proselitismo en casillas y la distribución de “acordeones” para orientar el voto hacia candidatos de Morena, lo que pone en duda la transparencia del ejercicio.
Lenia Batres, tras emitir su voto en Iztacalco, celebró la participación de figuras como López Obrador, quien reapareció para sufragar. Sin embargo, evitó pronunciarse sobre los resultados y se limitó a decir que pasaría el día comiendo carnitas con su equipo. Esta actitud de bajo perfil contrasta con las expectativas de una contienda que definirá el rumbo del máximo tribunal.
Por su parte, Hugo Aguilar ha mantenido un discurso enfocado en la justicia social y los derechos indígenas, lo que le ha ganado apoyo en sectores diversos. Su ascenso en las preferencias refleja un cambio en la percepción ciudadana, aunque la baja participación electoral sugiere un desinterés generalizado en el proceso.
El INE prevé que los resultados definitivos se conocerán entre martes y miércoles, pero la tendencia apunta a un Poder Judicial dominado por figuras afines al gobierno. Esto ha generado críticas de quienes ven en la reforma judicial un intento de Morena por consolidar su influencia en todas las esferas del poder.
Mientras los cómputos avanzan, el país observa con atención el desenlace de esta elección. La presidencia de la Suprema Corte, en manos de Batres o Aguilar, podría marcar un antes y un después en la impartición de justicia en México, en medio de un panorama político cada vez más polarizado.
La elección de los 881 cargos judiciales, incluyendo nueve ministros de la SCJN, ha puesto a prueba el experimento democrático de México. Sin embargo, la sombra de la manipulación y la falta de información entre los votantes han opacado lo que prometía ser un paso hacia la democratización del Poder Judicial.