Un juez federal en Estados Unidos puso freno a una controvertida política del gobierno de Donald Trump. El fallo, emitido este viernes, impide temporalmente deportar migrantes a países que no sean su lugar de origen, un giro inesperado en la estrategia migratoria de la administración.
La decisión la tomó Brian Murphy, juez del Tribunal de Distrito en Massachusetts. Ordenó que el gobierno federal no traslade a personas a naciones sin vínculo con ellas, a menos que se les notifique por escrito y se les permita acceso a un abogado, garantizando así un mínimo de derechos legales.
Esta medida responde a prácticas recientes, como el traslado de cientos de migrantes asiáticos a Panamá a principios de año. La administración Trump había defendido estas acciones como parte de su plan para agilizar deportaciones, pero el juez argumentó que viola normativas básicas de migración.
El bloqueo es temporal y estará vigente hasta que se resuelva el caso en profundidad. Mientras tanto, el gobierno deberá ajustar sus operaciones, lo que podría generar tensiones diplomáticas con países que colaboraban en estos traslados.
La política migratoria de Trump sigue enfrentando obstáculos legales. Este fallo se suma a otros que han limitado sus planes, reflejando el choque entre sus promesas de mano dura y las leyes estadounidenses.