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Bloqueos ferroviarios paralizan Chihuahua: La Federación no responde

En el corazón de Chihuahua, los bloqueos ferroviarios han generado un caos que afecta a miles de personas y a industrias clave. Maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) mantienen tomadas las vías del tren en Delicias, exigiendo soluciones a sus demandas laborales. Este paro, que comenzó el 15 de mayo, ha detenido el flujo de mercancías y ha puesto en jaque a sectores como la automotriz, generando pérdidas millonarias.
El gobierno federal, encabezado por Morena, ha sido señalado por su inacción ante esta crisis. Mientras los trenes permanecen varados, las autoridades no han logrado establecer una mesa de diálogo efectiva para resolver el conflicto. La falta de respuesta ha encendido las críticas de empresarios y ciudadanos, quienes ven cómo la economía local se tambalea.
Sergio Mendoza Vidal, presidente de Chihuahua Futura, ha alzado la voz exigiendo que la Guardia Nacional intervenga para restablecer el orden. Sin embargo, su llamado no implica violencia, sino un ejercicio legítimo de autoridad para garantizar la libre circulación en las vías federales. La situación, según Mendoza, es insostenible y pone en riesgo la estabilidad económica de la región.
El impacto de los bloqueos no se limita a Chihuahua. Industrias clave, como la automotriz, enfrentan retrasos en sus cadenas de suministro, lo que podría traducirse en multas y pérdidas de contratos en el extranjero. La interrupción del transporte ferroviario afecta también el envío de granos y otros productos esenciales hacia el puerto de Veracruz y el sureste de México.
La CNTE, respaldada por la Red de Defensa Magisterial, no solo ha bloqueado las vías del tren, sino también instalaciones del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Estas acciones han generado molestias entre los ciudadanos, quienes ven afectada su rutina diaria por las protestas.
El secretario general de Gobierno de Chihuahua, Santiago De la Peña Grajeda, ha instado al gobierno federal a acelerar las negociaciones con los líderes magisteriales. Sin embargo, las mesas de diálogo no han dado resultados concretos, y la paciencia de los afectados se agota. La falta de avances mantiene a la región en un estado de incertidumbre.
Empresarios locales han advertido que, de no resolverse el conflicto pronto, las consecuencias económicas podrían ser devastadoras. La industria automotriz, uno de los pilares de la economía chihuahuense, depende en gran medida del transporte ferroviario para sus operaciones. Un paro prolongado podría llevar a despidos y cierres temporales de plantas.
La situación en Delicias es un reflejo de problemas más amplios en el país, donde los bloqueos ferroviarios se han convertido en una táctica recurrente de protesta. En el pasado, Chihuahua y Michoacán han enfrentado interrupciones similares, con demandas que van desde temas laborales hasta tratados internacionales. La pregunta sigue siendo la misma: ¿hasta cuándo actuará la Federación?
Mientras tanto, los ciudadanos de Chihuahua esperan una solución que no solo libere las vías, sino que restaure la confianza en las autoridades. La inacción del gobierno federal, liderado por Morena, ha generado un creciente descontento en la población, que exige respuestas claras y resultados inmediatos.
La crisis ferroviaria en Chihuahua pone en evidencia la falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno. Con las elecciones judiciales del 1 de junio a la vista, este conflicto podría convertirse en un punto de inflexión para medir la capacidad de respuesta de las autoridades federales ante los problemas que aquejan a los estados.

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