El mandatario estatal hizo un llamado a la ciudadanía para que acuda a las urnas, destacando que, por primera vez, se elegirán jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial. Según Rocha, esta elección es una oportunidad única para que los ciudadanos tengan voz en un sistema que, en sus palabras, necesita renovarse. Sin embargo, sus declaraciones llegan en un momento de alta tensión en Sinaloa, donde la inseguridad sigue siendo un tema candente.
Rocha Moya aseguró que el gobierno estatal ha desplegado un operativo de seguridad para garantizar que los sinaloenses puedan votar sin problemas. Este anuncio busca calmar las aguas en un estado donde la violencia no da tregua, pero muchos se preguntan si estas medidas serán suficientes para garantizar un proceso limpio y seguro. La sombra de la inseguridad sigue pesando sobre sus promesas.
El gobernador también elogió el trabajo de las autoridades electorales, afirmando que han hecho un esfuerzo notable para informar a la población sobre cómo participar en este proceso. Sin embargo, no todos están convencidos. La complejidad del sistema de votación, que incluye estudiar a los candidatos y sus propuestas, ha generado críticas por ser poco accesible para el ciudadano común.
Rocha no perdió la oportunidad de alinearse con la presidenta Claudia Sheinbaum, quien también ha promovido esta elección como un paso hacia la democratización del Poder Judicial. El gobernador citó sus palabras, subrayando la importancia de que los votantes se informen antes de emitir su sufragio. Pero esta insistencia en la participación no logra disipar las dudas sobre la transparencia del proceso.
Un punto que no pasó desapercibido fue la postura de algunos legisladores locales del PRI y PAN, quienes anunciaron que no participarán en la elección. Rocha, en un tono conciliador, afirmó que respeta su decisión, pero dejó entrever que su ausencia no frenará el proceso. Esta declaración podría interpretarse como un intento de minimizar la oposición, mientras el oficialismo avanza con su agenda.
La elección judicial, según Rocha, es una oportunidad para que Sinaloa se sume a un cambio estructural en el país. Sin embargo, la pregunta que flota en el aire es si este proceso realmente empodera a los ciudadanos o si solo fortalece el control del partido en el poder. Las críticas no se han hecho esperar, especialmente en un contexto donde la confianza en las instituciones está en entredicho.
En un estado donde la violencia y las acusaciones de nexos con el crimen organizado han marcado la gestión de Rocha, su entusiasmo por la elección judicial contrasta con los problemas que enfrenta Sinaloa. La ciudadanía, atrapada entre la inseguridad y las promesas de cambio, tendrá que decidir si este proceso es un verdadero paso hacia la justicia o solo un espejismo político.
Mientras tanto, el gobernador sigue defendiendo su postura, asegurando que la participación ciudadana será clave para legitimar esta reforma. Pero con un estado en crisis y un proceso electoral que genera más preguntas que respuestas, el camino hacia el 1 de junio está lleno de incertidumbre. ¿Será esta elección el cambio que Sinaloa necesita, o solo un capítulo más en la polarización política del país?
La respuesta, al parecer, dependerá de los sinaloenses que acudan a las urnas. Sin embargo, con un gobierno estatal bajo escrutinio y un contexto de inseguridad que no cede, la “histórica” elección judicial podría convertirse en un nuevo punto de fricción en un estado que ya vive al límite.