Un tribunal de Estados Unidos asestó un duro golpe a la política económica del presidente Donald Trump al declarar ilegales los aranceles que impuso a diversos países. El Tribunal de Comercio Internacional, con sede en Nueva York, determinó que el mandatario se excedió en sus facultades al decretar estas medidas sin la aprobación del Congreso, desatando una fuerte reacción desde la Casa Blanca.
La decisión judicial, emitida el pasado miércoles, anula los aranceles recíprocos anunciados el 2 de abril, que afectaban a más de 60 países, incluyendo un gravamen del 25% a México, Canadá y China por el supuesto tráfico de fentanilo. Los jueces argumentaron que Trump usó de manera indebida la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, que permite imponer medidas en casos de emergencia nacional.
La Casa Blanca no tardó en responder. La portavoz Karoline Leavitt calificó el fallo como un “abuso descarado” del poder judicial, acusando a los jueces de entrometerse en las decisiones presidenciales. Según Leavitt, esta resolución forma parte de una “tendencia peligrosa” de jueces no electos que buscan limitar la autoridad de Trump, frustrando negociaciones comerciales y diplomáticas clave.
El fallo también impacta los aranceles globales del llamado “Día de la Liberación”, que establecían un gravamen base del 10% a todas las importaciones y tasas más altas para socios comerciales específicos. Los jueces señalaron que estas medidas no cumplen con los requisitos legales para ser consideradas una respuesta a una emergencia nacional, como exige la ley.
La administración Trump ya anunció que apelará la decisión y planea llevar el caso hasta el Tribunal Supremo. Leavitt aseguró que el gobierno luchará “hasta el final” para defender la política arancelaria, que consideran esencial para proteger los intereses económicos de Estados Unidos y reducir el déficit comercial.
El impacto económico de la decisión fue inmediato. Los mercados bursátiles globales reaccionaron con alzas moderadas, mientras que el peso mexicano se apreció ligeramente frente al dólar. Analistas de Wall Street sugieren que, aunque el fallo complica las negociaciones comerciales, la administración podría buscar otras vías legales para mantener los aranceles.
La controversia no termina ahí. La Casa Blanca acusó a los jueces de seguir una agenda política, señalando que las órdenes judiciales contra Trump superan en número a las emitidas contra cualquier otro presidente desde 1963. Este argumento refuerza la narrativa de persecución judicial que el equipo de Trump ha utilizado ante otros reveses legales.
Mientras tanto, países como México y Canadá celebran la suspensión de los aranceles, especialmente los relacionados con el fentanilo, que consideraban injustificados. Sin embargo, los gravámenes sobre acero, aluminio y vehículos de estos países no se ven afectados por el fallo, lo que mantiene ciertas tensiones comerciales.
La decisión del tribunal pone en jaque uno de los pilares de la agenda económica de Trump, quien ha utilizado los aranceles como herramienta de presión en negociaciones internacionales. Con la apelación en marcha, el futuro de estas medidas dependerá ahora de los tribunales superiores, en un caso que promete seguir generando debate.