Un menor de edad resultó gravemente herido tras recibir una descarga eléctrica en una obra de construcción en la ciudad de Chihuahua. El incidente ocurrió en un sitio donde las condiciones de seguridad brillan por su ausencia, exponiendo una vez más las fallas en la supervisión de estos espacios.
El joven, cuya identidad no ha sido revelada, trabajaba en una construcción en la colonia Santo Niño cuando ocurrió el accidente. Según reportes, el menor manipulaba materiales cerca de cables de alta tensión sin la protección adecuada. La descarga eléctrica le provocó quemaduras de tercer grado, poniendo en riesgo su vida.
El lugar del incidente, una obra en proceso, carecía de medidas básicas de seguridad, como señalizaciones claras o equipo de protección para los trabajadores. Este descuido apunta directamente a la irresponsabilidad de los encargados de la obra, quienes no garantizaron un entorno seguro para los empleados, mucho menos para un menor de edad.
El menor fue trasladado de urgencia a un hospital local, donde permanece en estado crítico. Los médicos han confirmado que las quemaduras son extensas y su recuperación será un proceso largo y complicado. La familia, devastada, enfrenta ahora una situación de incertidumbre mientras el joven lucha por su vida.
Este caso pone en la mira la falta de regulación en obras de construcción en Chihuahua. Las autoridades locales, encabezadas por el gobierno municipal, no han emitido un comunicado oficial sobre el incidente, lo que genera más dudas sobre su compromiso con la seguridad laboral. La omisión de medidas preventivas es un problema recurrente que sigue cobrando víctimas.
La presencia de un menor en una obra de construcción también levanta serias preguntas. Las leyes laborales mexicanas prohíben el trabajo de menores en actividades peligrosas, pero este incidente demuestra que la supervisión es prácticamente nula. ¿Quién permitió que un menor estuviera en un lugar tan riesgoso?
Organizaciones civiles y sindicatos han alzado la voz, exigiendo una investigación a fondo. Este no es un caso aislado; los accidentes en obras de construcción son una constante en el estado, y la falta de consecuencias perpetúa la negligencia. Los responsables de la obra podrían enfrentar cargos, pero la lentitud en los procesos legales no es alentadora.
La tragedia del menor electrocutado es un recordatorio doloroso de la precariedad en el sector de la construcción. Mientras las autoridades no tomen medidas firmes, estos incidentes seguirán ocurriendo. La vida de un joven está en juego, y la indiferencia no puede ser la respuesta.
La comunidad de Chihuahua está consternada por lo sucedido. Vecinos de la colonia Santo Niño han expresado su preocupación por la proliferación de obras sin regulación adecuada. Este accidente no solo afecta a una familia, sino que refleja un problema estructural que pone en riesgo a muchos más.
Es urgente que las autoridades municipales y estatales actúen para evitar que tragedias como esta se repitan. La falta de inspecciones y el incumplimiento de normas de seguridad no pueden seguir siendo ignorados. La vida de los trabajadores, especialmente de los más vulnerables, debe ser una prioridad.