Los ganaderos mexicanos respiran con alivio tras el anuncio de un acuerdo entre México y Estados Unidos para reabrir las exportaciones de ganado, suspendidas por el brote del gusano barrenador. La plaga, que afecta al ganado y pone en riesgo la economía ganadera, llevó al cierre temporal de la frontera, generando millonarias pérdidas.
El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, celebró el pacto como un “muy buen acuerdo”, destacando que la campaña contra el gusano barrenador está dando resultados. Sin embargo, la respuesta del gobierno mexicano ha sido cuestionada por su lentitud, ya que el brote se detectó desde noviembre de 2024 en Chiapas, sin medidas efectivas inmediatas.
El Consejo Nacional Agropecuario advirtió que el cierre fronterizo causó pérdidas diarias de 11.4 millones de dólares. La suspensión afectó principalmente a estados como Chihuahua y Sonora, donde se concentra el 70% de las exportaciones de ganado, dejando varadas miles de cabezas de ganado.
La plaga, causada por la mosca Cochliomyia hominivorax, ha generado preocupación no solo por su impacto en los animales, sino también por casos en humanos. En Chiapas, se reportaron dos casos de miasis en personas, lo que eleva la alerta sobre la necesidad de controles más estrictos.
El gobierno mexicano asegura que ha implementado medidas como la dispersión de moscas estériles y la inspección de ranchos. Sin embargo, ganaderos critican la falta de acción oportuna, señalando que el contrabando de ganado desde Guatemala agrava el problema, al ingresar animales sin control sanitario.
La reapertura de la frontera depende de la efectividad de las medidas acordadas con Estados Unidos. Estas incluyen reforzar la vigilancia sanitaria y aumentar la producción de moscas estériles, una técnica clave para frenar la reproducción del parásito.
A pesar del optimismo oficial, persisten dudas sobre la capacidad del gobierno de Claudia Sheinbaum para controlar la plaga. La reducción presupuestal a la Secretaría de Agricultura y al Senasica desde 2019 ha limitado los recursos para monitoreo y prevención, dejando vulnerable al sector ganadero.
Productores de estados como Coahuila y Tamaulipas, donde no se han registrado casos, consideran injusta la medida de cierre total. La devaluación del ganado destinado al consumo nacional ha generado pérdidas de hasta 90 millones de pesos en regiones como Reynosa.
El acuerdo bilateral es un paso hacia la recuperación del sector, pero los ganaderos exigen acciones más contundentes. La porosidad de la frontera sur y la falta de controles efectivos siguen siendo un riesgo latente para la ganadería mexicana.
La situación pone en evidencia la fragilidad sanitaria del país, que había erradicado esta plaga en 1991. Con más de 1,400 casos reportados en 2025, el desafío es evitar que el gusano barrenador se extienda al centro y norte, amenazando la seguridad alimentaria.

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México logra acuerdo con EU para reabrir exportaciones de ganado tras crisis del gusano barrenador
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