En un operativo que sacude Morelia, la Fiscalía de Michoacán desmanteló una célula de secuestradores ligada al temido Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Diez criminales fueron capturados, incluyendo a un colombiano, mientras la violencia en el estado sigue fuera de control.
La acción policial permitió rescatar a una persona que había sido privada de su libertad. Aunque su identidad no fue revelada, se confirmó que está fuera de peligro. Sin embargo, el hecho pone en evidencia la incapacidad del gobierno para frenar la ola de inseguridad que azota la región.
En el lugar de los hechos, las autoridades incautaron armas largas, equipo táctico y un vehículo. Todo apunta a que esta banda operaba con impunidad en la capital michoacana, sembrando terror entre los ciudadanos mientras las promesas de paz se desvanecen.
La presencia del CJNG en Michoacán no es nueva, pero este golpe resalta cómo el crimen organizado sigue ganando terreno. La detención de estos sicarios deja una pregunta en el aire: ¿hasta cuándo seguirán las autoridades corriendo detrás de un problema que parece no tener fin?