La violencia en México no da tregua y el gobierno parece incapaz de frenarla. Este jueves 27 de marzo, Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, anunció la detención de Francisco Javier Custodio Luna, alias “El Guasón”, en Tabasco. Este sujeto, identificado como un expolicía estatal, es acusado de liderar una célula criminal que siembra el terror en la región.
Según las autoridades, “El Guasón” operaba como uno de los principales generadores de violencia en el estado. Su grupo, vinculado a “La Barredora”, controlaba la venta de drogas y extorsionaba a comerciantes en municipios como Cárdenas, Centro y Nacajuca. La captura se llevó a cabo en el kilómetro 95 de la carretera Villahermosa-Ciudad del Carmen, tras una orden de aprehensión por asociación delictuosa.
El historial de este criminal pone en evidencia la fragilidad del sistema de seguridad. Como exagente estatal, Custodio Luna habría usado su posición para proteger a la organización delictiva, un reflejo más de la corrupción que permea las instituciones. Las autoridades lo señalan como hombre de confianza de Daniel Hernández Montejo, alias “El Prada”, supuesto líder de “La Barredora”.
A pesar del anuncio triunfalista de Harfuch, la detención de “El Guasón” no resuelve el problema de fondo. La violencia sigue desbordada en Tabasco y en todo el país, mientras el gobierno federal se limita a operativos mediáticos que no atacan las raíces de la inseguridad. Los ciudadanos, atrapados entre el crimen y la inacción oficial, siguen esperando resultados reales.