En un operativo en Culiacán, Sinaloa, fuerzas federales capturaron a Gabriel Seth Rodgers, un sujeto de 25 años buscado por las autoridades de Wyoming, Estados Unidos, por graves delitos relacionados con drogas y armas.
La detención ocurrió en el fraccionamiento Belcantto, donde este individuo se escondía tras violar su libertad condicional en EE.UU. Se le acusa de posesión de armas de fuego y asociación delictuosa para distribuir narcóticos, lo que lo convirtió en un fugitivo internacional.
Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, Marina, Fiscalía General de la República, Guardia Nacional y Seguridad Ciudadana participaron en el despliegue, utilizando tecnología avanzada para localizarlo. Una vez identificado, fue arrestado sin resistencia.
A Gabriel “N” se le informó el motivo de su captura y sus derechos, para luego ser entregado al Instituto Nacional de Migración. Su deportación a Estados Unidos está en proceso, donde enfrentará a la justicia por sus crímenes.
Este caso expone, una vez más, cómo México sigue siendo refugio de criminales buscados en el extranjero, mientras la violencia y el narcotráfico no dan tregua en regiones como Sinaloa.
La colaboración entre agencias mexicanas y extranjeras permitió este golpe, pero la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo el gobierno seguirá sin controlar la inseguridad que azota al país?