El régimen de Corea del Norte ha levantado la voz contra Estados Unidos, acusando a la administración de Donald Trump de buscar un escenario de guerra nuclear en el espacio con su proyecto “Cúpula Dorada”. Este sistema de defensa antimisiles, que incluye interceptores espaciales, ha generado fuertes críticas desde Pionyang, según un comunicado difundido por la agencia estatal norcoreana KCNA.
El gobierno norcoreano calificó el plan estadounidense como “el colmo del egoísmo, la arrogancia y el despotismo”. En su mensaje, aseguran que no se trata de una medida defensiva, sino de un intento por militarizar el espacio exterior. Para Pionyang, este proyecto forma parte de una estrategia de dominación global de Estados Unidos, que busca establecer una infraestructura militar en el espacio para mantener su hegemonía.
La “Cúpula Dorada” es un ambicioso sistema de defensa antimisiles anunciado por Trump, inspirado en la tecnología de la Cúpula de Hierro de Israel, pero con un alcance mucho mayor. El proyecto, que contempla una red de sensores e interceptores en tierra, mar y espacio, promete interceptar misiles balísticos, hipersónicos y de crucero en cualquier fase de su trayectoria, desde el lanzamiento hasta su reentrada.
El costo inicial de este sistema se estima en 175 mil millones de dólares, aunque proyecciones del Congreso de Estados Unidos sugieren que podría superar los 500 mil millones en las próximas dos décadas. Trump ha defendido la iniciativa como crucial para la seguridad nacional, afirmando que estará plenamente operativa antes del fin de su mandato en 2029.
Corea del Norte, por su parte, ve en este plan una amenaza directa a la seguridad de los estados con armas nucleares. El memorando del Ministerio de Exteriores norcoreano sostiene que el sistema no solo pone en riesgo la estabilidad global, sino que también podría dañar la seguridad de los satélites en órbita, aumentando las tensiones internacionales.
El régimen de Kim Jong-un advirtió que la “Cúpula Dorada” podría desencadenar una carrera armamentista nuclear y espacial. Según Pionyang, el proyecto es un pretexto para justificar el desarrollo de armamento avanzado y consolidar el dominio militar de Estados Unidos, lo que consideran un desafío a la paz mundial.
China también ha expresado su rechazo al proyecto, sumándose a las críticas de Corea del Norte. Pekín argumenta que la militarización del espacio socava el equilibrio estratégico global y podría convertir el espacio exterior en un nuevo campo de batalla. Rusia, aunque con un tono más moderado, ha señalado la necesidad de diálogos bilaterales para abordar las implicaciones de este sistema.
Las tensiones en la península coreana no son nuevas, pero este proyecto ha avivado el fuego. Pionyang ha intensificado su retórica y pruebas armamentísticas en los últimos años, mientras Estados Unidos y Corea del Sur refuerzan su cooperación militar con maniobras conjuntas y el despliegue de activos estratégicos en la región.
El anuncio de la “Cúpula Dorada” llega en un momento de incertidumbre global, con tratados de control armamentístico debilitados y un aumento en las rivalidades entre potencias. Expertos advierten que, aunque el sistema busca proteger a Estados Unidos, podría generar una falsa sensación de invulnerabilidad y escalar las tensiones con otras naciones.
A medida que el proyecto avanza, la comunidad internacional observa con preocupación. La posibilidad de una carrera armamentista en el espacio plantea preguntas sobre el futuro de la seguridad global y el delicado equilibrio entre las potencias nucleares.

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Corea del Norte acusa a EE.UU. de querer desatar una guerra nuclear en el espacio con su “Cúpula Dorada”
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