En un nuevo caso que pone en evidencia la crisis hídrica en Chihuahua, se ha denunciado el desvío de agua potable para el riego de nogales en varias localidades del estado. La práctica, que afecta el suministro destinado a las familias, ha generado preocupación entre las autoridades y la población, en un contexto de sequía severa que golpea a la región.
La Junta Central de Agua y Saneamiento (JCAS) ha identificado que algunos productores agrícolas están utilizando agua destinada al consumo humano para regar sus cultivos de nogales, un árbol conocido por su alto consumo de agua. Este desvío agrava la escasez en comunidades que ya enfrentan problemas para acceder al recurso.
En respuesta, la JCAS ha ordenado a las Juntas Municipales de Agua y Saneamiento realizar inspecciones exhaustivas en las zonas afectadas. Las autoridades han comenzado visitas en las localidades señaladas, con el objetivo de detectar tomas clandestinas y pozos ilegales que desvían el agua potable.
El problema no es nuevo. En los últimos años, la superficie de nogales en Chihuahua ha crecido significativamente, lo que ha incrementado la demanda de agua en un estado donde las presas están en niveles críticos. La presa La Boquilla, una de las principales fuentes de agua, se encuentra a menos del 20% de su capacidad.
Productores de nuez argumentan que su actividad es clave para la economía local, generando miles de empleos y divisas por exportaciones. Sin embargo, el uso intensivo de agua ha desatado críticas, especialmente cuando se prioriza el riego sobre el abastecimiento de comunidades.
La JCAS ha advertido que aplicará sanciones a quienes sean sorprendidos desviando agua potable. Las multas podrían incluir la clausura de tomas ilegales y restricciones en el uso de agua para riego, aunque los productores piden apoyo para tecnificar sus sistemas y reducir el consumo.
La situación ha reavivado el debate sobre la sostenibilidad del cultivo de nogales en Chihuahua. Expertos señalan que, sin una mejor gestión del agua y la modernización de los sistemas de riego, la crisis hídrica podría agravarse aún más en los próximos años.
Mientras tanto, habitantes de las zonas afectadas exigen soluciones inmediatas. En algunas comunidades, el suministro de agua potable es intermitente, lo que obliga a las familias a depender de pipas o a comprar tinacos a precios elevados.
Las autoridades han prometido reforzar la vigilancia y trabajar en estrategias para garantizar el abasto de agua potable. Sin embargo, la falta de lluvias y el aumento de cultivos de alto consumo de agua mantienen en alerta a todo el estado.
Chihuahua enfrenta un desafío mayúsculo: equilibrar las necesidades de la población con las demandas de una actividad agrícola clave. La resolución de este problema definirá el futuro hídrico de la región.

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Desvían agua potable para regar nogales en Chihuahua
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