El municipio de Monterrey mantendrá los operativos antialcohólicas durante todo el año, con un refuerzo especial en la temporada vacacional. Las autoridades locales aseguran que el objetivo es prevenir accidentes viales causados por conductores en estado de ebriedad. Sin embargo, la ciudadanía ha expresado su preocupación por posibles excesos en la aplicación de estas medidas.
Estos operativos, que operan de jueves a domingo, podrían extenderse a toda la semana según la afluencia vehicular. Se realizan en puntos estratégicos de la ciudad, como avenidas principales y zonas de alta concurrencia. La Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad de Monterrey ha destacado que los filtros son itinerantes, buscando cubrir las áreas con mayor riesgo.
El reglamento municipal permite conducir con un nivel de alcohol en sangre de hasta 0.79 grados. Para aquellos que superen este límite, pero se encuentren en sus cinco sentidos, las autoridades han prometido cierta flexibilidad. En estos casos, se permitirá que un familiar recoja al conductor, aunque el vehículo será remitido y se aplicará una multa.
Las sanciones económicas son altas. Una primera infracción implica una multa de 21 mil 714 pesos y la suspensión de la licencia por seis meses. En caso de reincidencia, las multas pueden ascender a 49 mil pesos, con la suspensión de la licencia por un año. Estas cifras han generado críticas entre los regiomontanos, quienes cuestionan si los operativos son una medida de seguridad o un mecanismo para recaudar fondos.
Para reforzar la seguridad de los agentes viales, el municipio ha implementado nuevas medidas. Los elementos de tránsito portarán cámaras corporales para documentar cada interacción con los conductores. Esta acción busca garantizar transparencia y reducir posibles casos de corrupción en los operativos.
El alcalde Adrián de la Garza ha defendido la continuidad de estas acciones, afirmando que han contribuido a reducir los accidentes viales en un 40% desde su implementación. Según el edil, los operativos no solo son una medida preventiva, sino una respuesta a las estadísticas que señalan al alcohol como una de las principales causas de percances en la ciudad.
Sin embargo, no todos los municipios de la zona metropolitana están de acuerdo con este enfoque. Por ejemplo, Escobedo ha optado por no implementar operativos antialcohólicas fijos, priorizando patrullajes de seguridad y vialidad. Esta diferencia ha generado un debate sobre la efectividad y la necesidad de estos filtros en toda la región.
Críticos de los operativos argumentan que, en algunos casos, las multas parecen desproporcionadas. Además, han surgido denuncias sobre posibles abusos por parte de las autoridades, lo que ha llevado a algunos ciudadanos a demandar la anulación de infracciones a través de juicios administrativos. La controversia persiste: ¿seguridad ciudadana o estrategia recaudatoria?
A pesar de las críticas, las autoridades insisten en que los operativos son esenciales para salvar vidas. La Secretaría de Salud de Nuevo León ha señalado que los accidentes automovilísticos, especialmente aquellos relacionados con el alcohol, siguen siendo una de las principales causas de muerte en el estado, sobre todo entre los jóvenes.
La ciudadanía de Monterrey enfrenta un dilema: aceptar los operativos como una medida de prevención o cuestionar su implementación por posibles excesos. Mientras tanto, los filtros antialcohólicas seguirán siendo parte del paisaje urbano, especialmente en temporadas de alta actividad social.

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Monterrey refuerza operativos antialcohólicas: ¿Medida efectiva o abuso recaudatorio?
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