La ola de violencia en Veracruz no da tregua. En un contexto electoral marcado por el miedo, Xóchitl Gálvez, candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, y Jorge Álvarez Máynez, líder de Movimiento Ciudadano, han denunciado la crisis de inseguridad que sacude al estado. Los asesinatos, amenazas y ataques contra candidatos han escalado a niveles alarmantes, dejando al descubierto la incapacidad de las autoridades para garantizar la seguridad.
Xóchitl Gálvez fue contundente al señalar que “el país está bañado de sangre”. Durante un mitin, la candidata criticó la falta de acción del gobierno estatal y federal frente a los crímenes que azotan Veracruz. Los hechos recientes, como el asesinato de un exalcalde y un exregidor en Actopan, así como el ataque armado contra la casa de campaña de una candidata de Movimiento Ciudadano, refuerzan sus palabras.
Por su parte, Jorge Álvarez Máynez acusó al crimen organizado de haber extendido su control sobre el territorio veracruzano. Según el líder emecista, las elecciones municipales se desarrollan en un ambiente de amenazas y violencia generalizada, donde los candidatos no tienen garantías para realizar sus campañas. La situación, afirmó, refleja el colapso de las instituciones locales.
Veracruz se ha convertido en uno de los epicentros de la violencia electoral en México. Reportes indican que al menos 75 candidatos han solicitado protección ante amenazas y agresiones. Sin embargo, la respuesta de las autoridades ha sido insuficiente, con operativos que no logran contener la escalada de asesinatos ni devolver la confianza a la población.
El caso de Avisack Douglas Coronado, periodista asesinada durante un ataque a la casa de campaña de Xóchitl Tress Rodríguez, candidata a la alcaldía de Juan Rodríguez Clara, ha conmocionado al estado. La agresión dejó otra persona herida, mientras que la candidata salió ilesa, pero el mensaje es claro: la violencia no respeta a nadie.
La gobernadora Rocío Nahle ha reconocido que 75 candidatos han pedido seguridad, pero insiste en que se les ha brindado protección. Sin embargo, las críticas no cesan. El PRI, por ejemplo, ha denunciado que al menos 40 de sus candidatos a presidencias municipales han recibido amenazas, calificando el proceso electoral como “de terror”.
La población veracruzana vive en medio de la psicosis. Balaceras, como la ocurrida en Tuxpan que activó un código rojo, y asesinatos selectivos han generado un clima de miedo. Especialistas advierten que la colusión entre el crimen organizado y ciertos sectores políticos podría estar detrás de esta ola de violencia, poniendo en riesgo la democracia.
Mientras los candidatos exigen justicia y seguridad, la ciudadanía se pregunta hasta cuándo continuará esta crisis. Los operativos federales, que incluyen miles de elementos desplegados, no han logrado frenar los ataques. Veracruz, según los datos, es el tercer estado con más violencia política en el país, solo detrás de Guerrero y Chiapas.
Xóchitl Gálvez insistió en que el gobierno debe asumir su responsabilidad y no minimizar la gravedad de la situación. Por su lado, Álvarez Máynez llamó a las autoridades a garantizar la integridad de los candidatos y sus equipos, subrayando que “la voluntad del pueblo no se silencia con balas”.
A pocos días de las elecciones, la incertidumbre reina en Veracruz. Los ciudadanos exigen respuestas y acciones concretas, mientras los candidatos enfrentan un proceso electoral donde el peligro es constante. La democracia, en este escenario, parece estar bajo asedio.

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Veracruz se ahoga en violencia: Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez alzan la voz contra la inseguridad desbocada
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