El Gran Premio de Mónaco de Fórmula 2 se vio sacudido por un espectacular accidente en la primera curva, dejando a siete pilotos fuera de carrera. El incidente ocurrió apenas iniciada la competencia en el icónico circuito de Montecarlo, conocido por su exigente trazado urbano. La colisión, que involucró a casi la mitad de la parrilla, marcó un inicio caótico para la categoría telonera de la Fórmula 1.
Todo comenzó cuando Alex Dunne, quien partía desde la pole position, y Victor Martins, en la segunda plaza, se disputaban el liderato en la curva de Sainte Devote. Dunne, en un intento por mantener su posición, impactó a Martins, enviándolo contra el muro. Este choque desencadenó una reacción en cadena, atrapando a varios monoplazas en un estrecho pasaje del circuito.
El accidente dejó un saldo de siete abandonos: Alex Dunne, Victor Martins, Richard Verschoor, Gabriele Minì, Ritomo Miyata, Pepe Martí y Max Esterson. La magnitud del incidente obligó a la dirección de carrera a desplegar la bandera roja, deteniendo la competencia para retirar los autos dañados y reparar las barreras de protección.
En medio del caos, el piloto estadounidense Jak Crawford se convirtió en el inesperado beneficiado. Largando desde la séptima posición, Crawford aprovechó un momento clave al entrar a los pits justo cuando los líderes ya habían pasado el punto de ingreso. Esto lo colocó en una posición privilegiada cuando la carrera se reanudó.
La competencia, reiniciada con solo 20 minutos restantes, no permitió más cambios significativos en las posiciones. La bandera roja volvió a aparecer debido al tiempo insuficiente para reparar las barreras, y Crawford fue declarado ganador en una victoria que él mismo describió como fortuita.
El colombiano Sebastián Montoya, hijo del ex piloto de Fórmula 1 Juan Pablo Montoya, logró un destacado tercer lugar, sumándose al podio en una carrera llena de imprevistos. Este resultado marcó un momento memorable para el joven piloto en las calles de Mónaco.
El incidente ha generado controversia, especialmente por la maniobra de Dunne, quien ya había estado bajo escrutinio por un choque en la clasificación. Victor Martins, visiblemente frustrado, criticó la conducción de su rival, generando debate sobre la seguridad y las tácticas en circuitos tan exigentes como el de Montecarlo.
El Gran Premio de Mónaco, conocido por su glamour y dificultad, volvió a demostrar por qué es una de las citas más desafiantes del automovilismo. La Fórmula 2, como antesala de la Fórmula 1, dejó una carrera para el recuerdo, aunque por razones que los pilotos involucrados en el accidente preferirían olvidar.
La victoria de Crawford, aunque inesperada, resalta cómo la estrategia y la suerte pueden cambiar el rumbo de una carrera en cuestión de segundos. Este resultado también subraya la imprevisibilidad que caracteriza al automovilismo en el Principado.
Mientras los equipos se preparan para la próxima fecha, el accidente en Mónaco servirá como recordatorio de los riesgos que enfrentan los pilotos en cada curva. La Fórmula 2 sigue siendo un escaparate de talento, pero también de los desafíos que definen a este deporte.

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Caos en la primera curva del GP de Mónaco de F2: siete pilotos abandonan tras un choque masivo
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