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Joven hallado sin vida en un “picadero” en Chihuahua: ¿Hasta cuándo la violencia?

Un macabro descubrimiento sacudió a la ciudad de Chihuahua este domingo. El cuerpo de un joven fue encontrado colgado en un domicilio conocido como “picadero” en la colonia San Rafael. El hallazgo, reportado al número de emergencia, ha desatado indignación entre los habitantes de la zona, quienes exigen respuestas ante la creciente ola de inseguridad que azota la región.
El hecho ocurrió en el cruce de las calles Privada de Urueta y Donato Guerra. Según los reportes, familiares del joven, cuya identidad no ha sido revelada, fueron quienes alertaron a las autoridades. La escena, descrita como perturbadora, dejó en evidencia la crudeza de la violencia que permea en ciertos sectores de la ciudad.
Al llegar al lugar, agentes de la Policía Municipal acordonaron el perímetro para preservar la escena. Las autoridades correspondientes iniciaron las investigaciones, pero hasta el momento no se han proporcionado detalles sobre las circunstancias que rodearon la muerte del joven. La falta de información clara solo incrementa la incertidumbre entre los ciudadanos.
Este no es un caso aislado. Los “picaderos”, casas abandonadas o utilizadas para el consumo de drogas, se han convertido en focos de violencia en Chihuahua. Vecinos de la colonia San Rafael han denunciado desde hace tiempo la presencia de estos sitios, señalando la inacción de las autoridades para erradicarlos.
La muerte de este joven se suma a una larga lista de incidentes violentos en la entidad. En los últimos meses, los reportes de asesinatos, desapariciones y hallazgos de cuerpos en circunstancias similares han ido en aumento, lo que ha generado un clima de miedo e impotencia entre la población.
La pregunta que resuena en las calles es clara: ¿dónde está la estrategia de seguridad? Los ciudadanos exigen que el gobierno estatal y municipal tomen medidas concretas para frenar esta escalada de violencia. La percepción de abandono y la falta de resultados palpables han erosionado la confianza en las instituciones.
Mientras las investigaciones avanzan, la comunidad de la colonia San Rafael llora la pérdida de otro joven. La tragedia no solo afecta a la familia del fallecido, sino que refleja un problema más profundo que sigue sin resolverse. Los “picaderos” no son solo un síntoma de la delincuencia, sino un recordatorio de la urgencia de políticas efectivas.
El silencio de las autoridades frente a estos hechos es ensordecedor. La ciudadanía espera no solo justicia para este caso, sino un compromiso real para devolver la seguridad a las calles de Chihuahua. Cada día que pasa sin acción, la violencia gana más terreno, dejando tras de sí familias destrozadas y comunidades en alerta.

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