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Abstencionismo marca el voto anticipado en Chihuahua para la elección judicial

El voto anticipado en Chihuahua, que arrancó del 12 al 21 de mayo para elegir a ministros de la Suprema Corte, integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial y magistraturas de la Sala Regional, dejó un panorama desalentador. Apenas un 36.9% de los 187 ciudadanos registrados para esta modalidad ejercieron su derecho al voto, según datos del Instituto Nacional Electoral (INE). Esto refleja una preocupante apatía ciudadana en un proceso histórico como la elección judicial.
En Ciudad Juárez, de los 70 electores inscritos en la Lista Nominal de Electores con Voto Anticipado, solo 26 acudieron a las urnas, lo que representa un 37.1% de participación. En la capital del estado, Chihuahua, la situación no fue mucho mejor: de 45 registrados, únicamente 16 votaron, equivalente a un 35.5%. Estos números muestran un claro desinterés en una elección que busca transformar el Poder Judicial.
El proceso de voto anticipado, diseñado para facilitar la participación de personas con dificultades para acudir el día de la elección, no logró captar la atención esperada. Las boletas, que incluían candidatos a cargos clave del sistema judicial, no motivaron a la mayoría de los electores inscritos. Este fenómeno pone en riesgo la representatividad de una elección que se promocionó como un paso hacia la democratización de la justicia.
La baja participación se suma a las críticas que ha recibido la reforma judicial impulsada por el gobierno federal. Expertos y ciudadanos han señalado que la complejidad del proceso, con hasta 13 boletas por elector y cientos de candidatos, dificulta que la población se informe y participe de manera activa. En Chihuahua, donde se elegirán alrededor de 125 jueces locales y 25 magistrados estatales, la faltaická de claridad sobre los aspirantes agrava el problema.
El abstencionismo no es un tema nuevo en México, pero en esta elección judicial adquiere un peso particular. En comicios anteriores, como las elecciones presidenciales de 2024, Chihuahua tuvo una participación del 52.16%, ya considerada baja. Ahora, con un proceso aún más especializado, las cifras sugieren que el desinterés ciudadano podría ser aún mayor el próximo 1 de junio.
Organizaciones como la Federación de Abogados del Estado de Chihuahua han alertado que las campañas de los candidatos no han logrado conectar con la población. Según Darío Menchaca, presidente de esta federación, el interés se concentra en sectores específicos, como aquellos vinculados al sistema judicial, dejando al margen a la mayoría de los ciudadanos. Esto podría traducirse en una elección dominada por minorías informadas o interesadas.
El diseño del sistema electoral también ha generado controversia. Las boletas no utilizadas no serán inhabilitadas, como es costumbre, sino enviadas a centros distritales donde funcionarios, no ciudadanos, contarán los votos. Esta medida ha levantado sospechas sobre la transparencia del proceso, alimentando la percepción de que la elección podría no reflejar la voluntad popular.
A esto se suma la preocupación por la movilización partidista. En Chihuahua, se rumora que operadores políticos están distribuyendo “acordeones” con indicaciones de voto, lo que podría convertir la elección en una contienda de estructuras partidistas más que en una decisión informada de los ciudadanos. En Ciudad Juárez, por ejemplo, se habla de estímulos económicos para incentivar el voto, con montos que varían según la región.
El panorama no es alentador para el 1 de junio, cuando se espera que la participación general sea igual o más baja que en el voto anticipado. Candidatos como Gildardo Galinzoga han advertido que una mala elección podría poner en riesgo los derechos constitucionales de todos los mexicanos, al dejar en manos de pocos la selección de quienes impartirán justicia.
Chihuahua, con más de 3.1 millones de electores registrados, enfrenta el reto de superar el abstencionismo y garantizar que esta elección cumpla su objetivo de fortalecer el Poder Judicial. Sin embargo, los números actuales sugieren que la apatía ciudadana y la falta de información podrían definir el rumbo de este proceso histórico.

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