En un nuevo episodio que sacude a los habitantes de Ecatepec, Estado de México, las autoridades desmantelaron una banda dedicada a extorsionar a comerciantes, incluyendo a una vendedora de tamales que vivía bajo el yugo de amenazas constantes. La captura de estos delincuentes pone en evidencia, una vez más, la grave crisis de inseguridad que azota al municipio más poblado del estado.
La banda, integrada por al menos cuatro personas, operaba en la colonia Quinto Sol, donde intimidaban a pequeños comerciantes para exigirles pagos a cambio de supuesta “protección”. Según las investigaciones, los extorsionadores acudían regularmente a un despacho de trámites vehiculares, pero también acosaban a vendedores ambulantes, como la mujer que se ganaba la vida vendiendo tamales.
La víctima, una humilde trabajadora, denunció que desde finales de junio los criminales la amenazaban con hacerle daño a ella y a su familia si no entregaba dinero. La presión constante y el miedo la llevaron a presentar una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, que desencadenó un operativo para capturar a los responsables.
Los detenidos, identificados como Pablo Enrique, de 43 años; Exariel, de 49; Beatriz, de 52; y Guadalupe, de 49, fueron arrestados en flagrancia. Las autoridades los sorprendieron cuando intentaban cobrar una suma de dinero al dueño del despacho mencionado, pero las investigaciones revelaron que su red de extorsión abarcaba a otros comerciantes de la zona.
Este caso no es aislado en Ecatepec, un municipio donde la delincuencia parece actuar con total impunidad. Informes recientes señalan que al menos 14 bandas delictivas operan en la región, dedicadas a ilícitos como extorsión, robo y despojo de viviendas, afectando a comunidades enteras que viven bajo el temor constante.
La falta de una estrategia efectiva por parte de las autoridades locales ha permitido que estos grupos criminales se fortalezcan. A pesar de los operativos, las irregularidades en los procesos judiciales y la liberación de algunos detenidos han generado desconfianza entre la población, que exige soluciones reales.
La vendedora de tamales, como muchos otros comerciantes, representa el rostro de miles de mexicanos que trabajan día a día para salir adelante, pero que se enfrentan a la violencia y la extorsión. Su valentía al denunciar a los delincuentes permitió la captura de esta banda, pero el problema de fondo persiste.
Mientras los habitantes de Ecatepec esperan medidas contundentes, la inseguridad sigue siendo una sombra que afecta a todos. Los pequeños negocios, base de la economía local, continúan vulnerables ante la falta de acción efectiva por parte de las autoridades municipales.
Este nuevo caso pone en el centro del debate la necesidad de reforzar la seguridad en el Estado de México. La población clama por justicia y por un entorno donde puedan trabajar sin miedo, mientras los operativos, aunque necesarios, parecen insuficientes para frenar la ola de violencia.