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Miles marchan en Cuernavaca exigiendo un alto a la violencia que azota México

En Cuernavaca, Morelos, miles de ciudadanos se unieron en una caminata para exigir un freno a la ola de violencia que sacude al país. La marcha, encabezada por la Diócesis de Cuernavaca, recorrió las calles de la ciudad, mostrando el hartazgo de una sociedad que vive bajo el temor constante de la inseguridad.
El evento, conocido como la Caminata por la Paz, reunió a familias, colectivos religiosos y organizaciones civiles. Todos vestidos de blanco, los participantes partieron desde la parroquia de Nuestra Señora de los Milagros en Tlaltenango hacia la Catedral de Cuernavaca, con un mensaje claro: la violencia debe parar.
El obispo Ramón Castro Castro lideró la movilización, acompañado por madres buscadoras y familiares de víctimas de desapariciones y homicidios. Durante el recorrido, se hizo una parada especial frente al Chapitel de la Virgen de Guadalupe para un momento de oración, reflejando la carga emocional de los asistentes.
Morelos, uno de los estados más golpeados por la delincuencia, reportó 418 homicidios dolosos solo en el primer trimestre de este año, según datos oficiales. La entidad se encuentra entre las más violentas del país, con municipios como Cuautla, Emiliano Zapata y Temixco en el centro de la crisis.
El obispo Castro no dudó en señalar las fallas del gobierno estatal, encabezado por Cuauhtémoc Blanco. Criticó la falta de acciones efectivas para combatir la inseguridad y la impunidad que permiten que el crimen organizado opere con libertad en la región.
Los participantes alzaron pancartas y gritaron consignas, demandando justicia para las víctimas y mayor seguridad para los ciudadanos. La presencia de madres buscadoras, quienes portaban fotos de sus seres queridos desaparecidos, añadió un tono desgarrador a la marcha.
En su mensaje final, el obispo llamó a la sociedad a no acostumbrarse a la violencia y a exigir resultados concretos a las autoridades. También advirtió sobre la infiltración del crimen organizado en instituciones y partidos políticos, un problema que agrava la crisis.
La caminata culminó en la Catedral de Cuernavaca, donde se realizó una ceremonia en memoria de las víctimas. Se colocaron ofrendas florales blancas, simbolizando la esperanza de un futuro sin miedo para Morelos y todo México.
Este evento, en su onceava edición, se ha convertido en un símbolo de resistencia contra la inseguridad. Sin embargo, los ciudadanos expresaron su frustración ante la aparente incapacidad de las autoridades para garantizar la paz en las calles.
La marcha no solo fue un grito de auxilio, sino un recordatorio de que la sociedad morelense está dispuesta a alzar la voz hasta que la violencia deje de ser parte de su día a día.

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