Las 500 Millas de Indianápolis, una de las carreras más emblemáticas del automovilismo mundial, no solo atraen a los fanáticos por la velocidad y la adrenalina, sino también por una peculiar tradición que combina gastronomía y espectáculo: los coches salchicha. Estos vehículos, que promocionan los famosos hot dogs de Oscar Mayer, se han convertido en un símbolo inseparable del evento, rodando por el Indianapolis Motor Speedway con su diseño único y llamativo.
Este 2025, la 109ª edición de la Indy 500, que se celebra el 25 de mayo, promete mantener esta tradición que deleita a los espectadores. Los coches salchicha, conocidos como “Wienermobiles”, son camionetas diseñadas para parecerse a un hot dog gigante, con colores vibrantes y una estética que captura todas las miradas. Su presencia en la pista antes de la carrera es un momento esperado por los aficionados, que ven en estos vehículos una mezcla de nostalgia y diversión.
La historia de los Wienermobiles comenzó en 1936, cuando Carl Mayer, sobrino del fundador de Oscar Mayer, ideó este concepto para promocionar la marca. Desde entonces, estos vehículos han recorrido Estados Unidos, pero su aparición en las 500 Millas de Indianápolis es uno de los puntos culminantes de su calendario. Cada año, los coches salchicha desfilan en el circuito, repartiendo souvenirs y generando sonrisas entre los asistentes.
En la edición de este año, los Wienermobiles no solo estarán presentes en la previa de la carrera, sino que también participarán en eventos promocionales en Indianápolis durante la semana previa. Los fanáticos podrán acercarse a estos icónicos vehículos, tomarse fotos y disfrutar de actividades organizadas por la marca, que buscan mantener viva la conexión con el público.
La carrera en sí, con 33 pilotos compitiendo por el codiciado Trofeo Borg-Warner, es el evento principal, pero los coches salchicha añaden un toque de color y diversión que distingue a la Indy 500 de otras competiciones. Mientras los monoplazas rugen a más de 370 km/h, los Wienermobiles representan una pausa ligera, un recordatorio de que el automovilismo también puede ser un espectáculo familiar.
La presencia de estos vehículos también resalta el impacto cultural de las 500 Millas. Más allá de la competencia deportiva, el evento es una celebración que reúne a miles de personas en el Indianapolis Motor Speedway, el recinto deportivo más grande del mundo. Los hot dogs, una comida clásica en Estados Unidos, encuentran en los Wienermobiles una forma creativa de integrarse a esta tradición.
Pilotos como Álex Palou, favorito para la carrera, y el mexicano Pato O’Ward, que largará en primera línea, capturan la atención en la pista, pero los coches salchicha se roban el show fuera de ella. Su diseño extravagante y su historia centenaria los convierten en un emblema de la Indy 500, tan querido como las 200 vueltas que definen la carrera.
Para los asistentes, los Wienermobiles son más que un truco publicitario; son parte de la experiencia de la Indy 500. Mientras los motores rugen y la emoción crece, estos vehículos recuerdan que el evento es también una fiesta, donde la velocidad y los hot dogs van de la mano.

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Coches salchicha en las 500 Millas de Indianápolis: una tradición que acelera el apetito
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