El rapero Kid Cudi, cuyo nombre real es Scott Mescudi, dejó atónitos a todos al testificar en un juicio federal en Nueva York contra Sean “Diddy” Combs, acusado de graves cargos de tráfico sexual y crimen organizado. Cudi afirmó que en 2011, Diddy irrumpió en su casa de Hollywood Hills tras descubrir que salía con su exnovia, la cantante de R&B Cassie Ventura. Este incidente, según Cudi, fue solo el comienzo de una serie de eventos perturbadores.
Cudi relató que una mañana de diciembre de 2011, Cassie lo llamó, visiblemente nerviosa, advirtiéndole que Diddy había descubierto su relación. La cantante, quien mantuvo una relación intermitente con Diddy entre 2007 y 2018, le pidió a Cudi que la recogiera para alejarla del magnate. Según el rapero, al llegar a su casa, recibió una llamada de la asistente de Diddy, Capricorn Clark, informándole que el magnate y un socio estaban en su propiedad y se habían llevado a Cassie.
El testimonio de Cudi describe cómo, tras dejar a Cassie en un hotel en West Hollywood, regresó a su casa y confrontó a Diddy por teléfono. Usando un lenguaje subido de tono, le exigió saber por qué estaba en su propiedad. Aunque no encontró a nadie al llegar, Cudi notó que su perro había sido encerrado en el baño y que algunos de sus regalos de Navidad habían sido abiertos, lo que describió como una clara invasión a su privacidad.
Semanas después, la situación escaló a un nivel alarmante. Cudi testificó que su Porsche, estacionado en la entrada de su casa, fue destruido por un incendio. Fotos presentadas al jurado mostraron un agujero en el techo del vehículo y un cóctel Molotov en el asiento del pasajero. Según el rapero, su cuidador de perros lo alertó del incendio mientras él estaba en casa de un amigo, dejándolo en shock por la violencia del acto.
Cassie, por su parte, también testificó en el juicio, afirmando que Diddy había amenazado con hacer explotar el coche de Cudi y agredirlo físicamente tras enterarse de su relación. Estas declaraciones refuerzan las acusaciones contra el magnate, quien enfrenta cargos por presuntamente obligar a mujeres, incluida Cassie, a participar en fiestas sexuales conocidas como “freak-offs”, marcadas por el uso excesivo de drogas.
Diddy, de 55 años, se ha declarado no culpable de los cargos de tráfico sexual, conspiración para extorsión y transporte para prostitución. Sus abogados admiten que el magnate tiene un historial de abuso de sustancias y violencia doméstica, pero insisten en que las mujeres que participaron en los “freak-offs” lo hicieron de manera consensual, negando cualquier coerción.
El testimonio de Cudi no solo expone un presunto acto de venganza, sino que también pone en el centro del escándalo la relación tumultuosa entre Diddy y Cassie. La cantante describió haber soportado años de abuso físico y emocional, incluyendo un incidente en 2015 en Las Vegas, donde un asistente de Diddy presenció un altercado violento en un avión privado.
Otro testigo, George Kaplan, quien trabajó como asistente personal de Diddy, relató un episodio en el que Cassie gritó pidiendo ayuda tras un altercado, pero nadie intervino por temor a represalias. Kaplan también mencionó haber visto a Cassie con un ojo morado, lo que lo llevó a renunciar tras cuestionar las acciones del magnate.
Este juicio ha sacudido a la industria del entretenimiento, revelando un lado oscuro del mundo del hip-hop. Las acusaciones contra Diddy, combinadas con los impactantes testimonios de Cudi y Cassie, pintan un panorama inquietante sobre el poder y las influencias en la música.
A medida que el caso avanza, la atención pública permanece fija en las revelaciones que siguen surgiendo. El juicio promete más detalles que podrían cambiar la percepción sobre una de las figuras más influyentes del hip-hop.